lunes, julio 09, 2012

Del sufrimiento al júbilo

Un estruendoso festejo de más de 14.000 hinchas toreros en el estadio Alejandro Serrano Aguilar se escuchó hasta el terreno de juego. En ese momento, terminaba empatado el partido entre Liga de Loja e Independiente del Valle en el Reina del Cisne y con ello, pese a la derrota de Barcelona frente a Deportivo Cuenca, los canarios obtenían la clasificación a la final del torneo y a la Copa Libertadores.

El Ídolo terminó en primer lugar con 39 puntos y más 18 de gol diferencia, mientras que los lojanos sumaron la misma cantidad de unidades que los amarillos, pero con solo más 7 de gol diferencia.

Tras las celebraciones de los seguidores en los graderías, el semblante de tensión de los jugadores amarillos cambió, la sonrisa de Hólger Matamoros, los puños cerrados de Pablo Saucedo y el abrazo del estratega Gustavo Costas con su cuerpo técnico eran muestra de que el objetivo del primer semestre se había conseguido.

El representativo dirigido por 'Narizón' no lució bien durante el encuentro. Antes del primer minuto, un centro del atacante morlaco Byron Cano fue interceptado de cabeza por Julio Angulo y el golero Máximo Banguera desvió el esférico que impactó en el vertical.

Era el aviso de que los camisetas coloradas iban a ser un duro rival para los amarillos. Antes de los cinco minutos llegó el primer ataque de Barcelona que no pudo conectar de cabeza José Ayoví, jugador que salió lesionado, trastocando los planes de Costas.

La fórmula del Ídolo en la primera parte para llegar al arco de Marcelo Ojeda era repetitiva. Centro del argentino Damián Díaz y cabezazo de Luis Caicedo. En dos ocasiones el 'Gordo Lucho' remató por esta vía, sin embargo el meta morlaco despejó el balón.

El Cuenca lucía más ordenado, asegurando la posesión del balón e impidiéndole la tenencia a Barcelona. En una de las hilvanadas de los locales se produjo un tiro libre que ocasionaría el único gol del partido. Fue Cano, quien con una perfecta ejecución que pasó por el costado de la barrera desató la algarabía entre los hinchas del Expreso Austral, quienes ayer fueron minoría.

Los canarios, con más enjundia que orden, se fueron en pos de la igualdad, pero la excesiva cantidad de pases erráticos facilitaban la labor de los mediocampistas de contención de los azuayos.

Un pase largo de Díaz encontró bien ubicado al argentino Iván Borghello, quien ingresó por Ayoví, pero el cabezazo del 'Memo' salió desviado y el ariete no pudo aprovechar la mala salida del arquero Ojeda.

En la segunda parte, Costas ordenó el ingreso del nacionalizado Matías Oyola. El 'Pony' no jugaba un partido oficial desde el 18 de abril, fecha en la que sufrió una lesión.

Barcelona tuvo la oportunidad de empatar a los 63 minutos, luego de que Miguel Panigua cometió una infracción dentro del área sobre Borghello. El árbitro José Luis Espinel decretó el tiro penal que ejecutó Narciso Mina, pero su disparo fue rechazado por Ojeda.

La falla de la pena máxima además generó la expulsión del defensa Frickson Erazo, quien reclamó de manera airada al juez porque según su criterio el arquero morlaco se había adelantado en la ejecución.

Eso acrecentaba la tensión en las tribunas, sumado a los gritos de hinchas cuencanos simulando un gol de Liga de Loja, lo que llegaba hasta la cancha generando desconcentración pues si eso sucedía Barcelona no remataba primero.

En los minutos finales el trámite del compromiso no varió. La ansiedad por marcar un gol para luego buscar la victoria y así no depender de terceros llevaba a los canarios al desasosiego y a errores reiterados. Daba la impresión de que más importante era lo que sucedía en el estadio lojano.

Antes de que termine el partido empezaron los festejos en las graderías pues empataron lojanos y sangolquileños. Barcelona jugará la final para buscar su título número 14.