En la cancha estuvo eufórico, tremendamente emocionado. Se abrazó con sus asistentes y con todos los jugadores. El técnico del Barcelona ecuatoriano, Gustavo Costas, fue uno de los más emocionados con la goleada 5-0 sobre Emelec en el Clásico del Astillero.
Pero, al asistir a la conferencia de prensa, sus palabras denotaron otra emoción. "Fue un gran triunfo, porque los clásicos se los ganan, no solo se los juegan. Más no habremos conseguido nada si no seguimos ganando los otros partidos".
Tras esa importante victoria, Barcelona tendrá que disputar "siete finales más", como lo calificó el propio entrenador. "Tuve una gran respuesta de los jugadores, incluso de los que superaron las lesiones".
Otro factor que Costas considera fundamental, es la solidaridad y la unión del grupo. José Amaya, el volante canario que salió molesto tras ser reemplazado en el primer tiempo, se fue al camerino y luego miró el cotejo sin reacción alguna, evidenciando su malestar.
"Son cosas que tratamos internamente. Él sabe que y debe entender que fue un cambio solamente táctico, no porque haya jugado mal. Amaya es tan importante como el resto", agregó el entrenador argentino.
Ya antes había reemplazado a la figura de Damián Díaz contra su voluntad. Luego el volante argentino demostró que entendió la intención de Costas. Es muy posible que ocurra lo mismo con Amaya, a quien los compañeros buscaron al final del partido para motivarlo y explicarle la situación.
Fuente: www.elcomercio.com