Un 28 de Noviembre del año 2012 el equipo más querido, el más representativo dentro y fuera de las fronteras patrias, el único Ídolo del Ecuador, se convirtió en el CAMPEON de la seria A del balompié ecuatoriano. Nuestro Ídolo, alcanzó la ansiada estrella 14.
La 14, la frase más dicha en los últimos años, hoy ya es realidad. La frustración que sentían millones de hinchas barcelonistas, terminó ya. Hoy ya la ansiedad no es más que un recuerdo porque hoy Barcelona es Campeón. Para los que vimos a nuestro equipo campeón antes, ésta 14 ha sido un recorrido lleno de lágrimas, pero nosotros siempre llenos de orgullo, de rebeldía, pero sobre todo, de esperanza. Fue esa esperanza la que nos llevo a confiar cada inicio de temporada que Barcelona seria campeón.
Recuerdo la última vez que el corazón me explotaba de felicidad por mi Barcelona, allá, en la final de Libertadores del 98, con mi hijo recién nacido, mientras estaba en una cama y por teléfono a larga distancia escuchaba la narración de aquel partido. Hoy con mi hijo ya de 14 años celebre este campeonato en el frio Pennsylvania, Estados Unidos. Gritando por el campeonato, saltando, y con una botella de vino, se celebro al campeón en un rinconcito del país del norte.
Las imágenes en todos los medios de comunicación, en las redes sociales, son contundentes y nadie puede refutar el amor de un pueblo para con la única alegría que une a millones sin importar nada más sino la idolatría a un equipo de futbol que es mucho, mucho más que eso, ya que Barcelona es el amor de muchos y la envidia de algunos, es el motor económico de un país.
Se ha esperado tanto tiempo que ahora cuando ya es realidad, las palabras se atropellan en la mente y no se puede explicar claramente lo que Barcelona representa para un hincha torero; las lagrimas son la tinta con la que nuestras palabras se escriben solas, porque Barcelona es sentimiento y ese sentimiento se expresa llorando, saltando, gritando, abrazando en la calle a un hermano barcelonista que nunca has visto antes.
Somos campeones. La alegría es increíblemente enorme. Ahora seguramente que solo vendrán cosas buenas para este noble equipo ya que se lo merecen, ellos y nosotros. Las gracias de corazón a la directiva encabezada por Antonio Noboa, a los gladiadores en cancha y al cuerpo técnico, sin ellos, sin su trabajo y dedicación, nada de esto estuviera pasando.
Esta 14 va dedicada a todos aquellos que se unieron al creador sin poder vivir esta alegría, desde el inolvidable Hombre de la Campana, Julio Espinoza, hasta el reportero número uno, Roberto Meza.
Por último, gracias a la maravilla que es Barcelona, uno consigue hermanos de vida; aquellos que se unen a uno sin tener la misma sangre en las venas o el mismo apellido, sino el mismo sentimiento, el mismo amor por el Ídolo del Astillero. A ustedes, Marlon y Víctor, gracias por enseñarme tanto, gracias porque a pesar de la distancia, vivimos al Barce fecha a fecha como si saltáramos en las gradas del Sagrado Monumental.
¡Salve, salve Barcelona, Ídolo del Ecuador!
¡Salud Campeones!
Alexandra K. Ortiz