El camino de Barcelona hacia el título está guiado por la fe religiosa. Así lo admitieron el técnico, Gustavo Costas y sus dirigidos. Orar y encomendarse a Dios en cada concentración y antes de cada partido ha sido un ritual infaltable a lo largo de esta temporada en la intimidad del club.
Algunos jugadores son más expresivos que otros, como Frickson Erazo refiere. El zaguero de 24 años aseguró, por ejemplo, que Dios fue quien lo curó de su apendicitis y que lo puso de vuelta en la cancha. Esto, aunque no carga estampitas, escapularios ni amuletos de ese estilo.
El seleccionado considera que la fe “se la lleva por dentro”. Por ello, solo asiste a una iglesia evangélica en su natal Esmeraldas, cada vez que tiene tiempo. En Guayaquil no lo hace, pero su fe en Dios “es ciega”.
Esta fe es la que le permite, además, soportar el cansancio diario, el lidiar con los periodistas y con los hinchas que llegan al Monumental para saludarlo. Anteayer, por ejemplo, lucía cansado. Sus pasos eran lentos y le costaba trabajo subir las gradas hacia su camioneta negra Ford F 150, bajo un intenso sol.
“Socio (amigo), estoy fundido, reventado. Pero así es esto. Ya déjeme ir rápido a descansar”, pidió sonriente al reportero de este Diario. Minutos antes había firmado autógrafos y entregado declaraciones a una docena de periodistas, que se turnaron a su momento para hablar con él.
Es habitual que antes de cada encuentro, los titulares y alterantes del cuadro porteño, incluido el cuerpo técnico, se junten en la entrada al túnel que conduce a la cancha. Allí, Narciso Mina, José Amaya y Carlos Morán lideran las oraciones. El resto escucha en silencio y luego acompaña solemnemente en las plegarias.
Mina es cristiano desde hace 10 años. El ex jugador canario, Alberto Montaño, influyó en su decisión. Él es pastor de la iglesia a la que asiste en Guayaquil con regularidad. Pero, las frases motivacionales que exhibe en su camiseta al momento de celebrar un gol, nacen de su mente y de su corazón, asegura.
“Me gusta utilizar frases que demuestren que el que confía en Dios puede lograrlo todo. Pero como me muestran tarjetas amarillas por eso, ya no me voy a sacar la camiseta”, dijo sonriente el ariete de 30 años. Ese mismo discurso utiliza en cada reunión del grupo, que se repite en los almuerzos cuando están concentrados.
Costas tiene su propio ritual. El estratega argentino lleva consigo un rosario en la mano y se persigna en cuanto el árbitro pita el inicio de un partido. Además, en su camiseta porta una escarapela de oro del Señor de los Milagros, que besa cada vez que el ‘Ídolo’ porteño marca un gol.
“Es un entrenador de mucha fe. El grupo también cree en Dios. Eso nos ha fortalecido más en este duro camino de conseguir el título luego de tantos años (14)”, explicó Carlos Gruezo, uno de los asistentes de Costas.
La directiva, liderada por Antonio Noboa, es respetuosa de esas manifestaciones religiosas. El presidente canario afirmó ser un “ferviente católico”. Considera que quizás el equipo “recibe esa fuerza” para empujarlo hacia la estrella 14. “No importa la religión. Puede ser católica, cristiana, evangélica... lo que importa es que todos estamos comprometidos en la causa de ser campeones, con la ayuda de Dios”.
Barcelona recibe al Manta en Guayaquil
Barcelona necesita una victoria hoy ante el Manta, a las 19:30, para dar otro paso que lo corone como campeón del torneo local.
El cuadro canario quedó concentrado en la mañana de ayer y se entrenó en la tarde. Allí, el DT Gustavo Costas definió el plantel titular para medir a los ‘atuneros’ en el Monumental.
Dentro de las novedades se confirmó la titularidad de José Ayoví en la delantera, en lugar del suspendido Michael Arroyo. Además, el DT sí puede contar con Frickson Erazo, quien se realizó un chequeo oftalmológico y los resultados fueron positivos. Por último, el juvenil Carlos Gruezo regresa a la titularidad luego de cumplir un partido de suspensión.
La probable formación para el cotejo con el Manta sería con Máximo Banguera; Bryan de la Torre, Renzo Revoredo, Erazo, Pablo Saucedo, Miguel Ibarra; Ayoví, Gruezo, José Amaya, Damián Díaz; Narciso Mina.
Los integrantes del equipo prefieren no sentirse campeones, porque Emelec está a la expectativa. “Tiene un partido menos y esperan una caída nuestra. Por eso no podemos dormirnos”, recordó Saucedo.
A pesar de que Barcelona depende de sus propios resultados, esta noche estará pendiente del Liga (L) vs. Emelec. Una derrota azul lo acercará más a su triunfal propósito.
Fuente: www.elcomercio.com