"Fuera... fuera...", fue el grito que más se escuchó ayer en los corredores del Mall del Sol. La habitual rutina de este centro comercial se vio afectada por la llegada de miles de aficionados de Barcelona, que acudieron en busca de un boleto para el partido de este domingo ante Olmedo, donde el Ídolo podría obtener la tan ansiada estrella 14.
Los hinchas cuidaban, con mucho celo, que nadie se meta en la fila, que a las 12:30 sobrepasaba los 600 metros de extensión, incluyendo las vueltas que debían dar, para no interrumpir el paso de los clientes de los otros locales.
Las hermanas Katherine y Karen Rivera llegaron junto a Kevin Villalba, un compañero de la Espol, con quien compartían su "almuerzo", que consistía en un par de hamburguesas y un refresco.
"Mañana tengo examen de microeconomía y no he podido estudiar nada. No tengo ni idea de a qué hora saldré de aquí, solo espero que el profesor también sea barcelonista y entienda que para ver al equipo cualquier sacrificio vale la pena", dijo Kevin, tratando de hacer más corta la espera.
A Sofía Ruiz poco le importó tener que cargar a su hija, Meyline Saraguro, durante más de una hora. Su esfuerzo se vio compensado cuando llegó a la isla donde dos personas distribuían los boletos a todas las localidades del Monumental. Ella adquirió dos entradas a palco.
La falta de personal para la atención al público causó algunos desmanes, especialmente entre quienes se "fugaron" de sus trabajos, aprovechando la hora de almuerzo y veían con desesperación el lento avanzar de la interminable hilera.
Treinta policías y seis oficiales intentaban mantener el control en el lugar, pero fue necesaria la llegada de refuerzos, porque el asunto parecía salirse de control.
"No me tomes la foto, que si me ven en mi camello (trabajo), me botan", solicitó un joven, que bajó la cabeza ante la presencia de la cámara.
PUGNA Y REVENTA.
En Pollos a la Brasa Barcelona (Sucre y Boyacá) el panorama era similar. Una docena de policías intentaba mantener el orden, en una fila que daba la vuelta a la manzana y se incrementaba con el paso de los minutos.
El fuerte calor generaba molestias entre los ciudadanos, muchos de los cuales denunciaban la presencia de revendedores, quienes adquirieron los tickets con el 10% de descuento, pero los ofrecían con un incremento de hasta el 30%.
"Esos manes entran a cada rato y sacan los boletos por fajo, los policías los ven y no dicen nada", denunció Joffre Jordán, un carpintero de 30 años de edad que también se había "fugado" de su lugar de trabajo, para comprar una general.
"Uno va todo el año al estadio sin importar el rival, y ahora, cuando se viene lo bueno, aparecen los revendedores y los noveleros de siempre", acotó.
Del otro lado de la manzana, Sonia Peralta y su hija Estefanía Ordeñana esperaban pacientemente, mientras se servían una ensalada de frutas, ya eran las 13:45. Para ellas era más importante asegurar su presencia en la gran final, antes que quedarse en casa preparando el almuerzo.
"Comida hay todos los días, pero han pasado 14 años desde la última vez que vi a Barcelona campeón. Todo puede esperar, menos la vuelta olímpica y el domingo seremos parte de la historia, aunque mi esposo es emelecista", indicó la señora.
Una fuente vinculada a la dirigencia amarilla confirmó que antes de las 12:00 ya se habían distribuido 3.350 entradas en Pollos a la Brasa Barcelona y el número fácilmente se duplicaría hasta las 18:00, cuando se tenía planificado cerrar la ventanilla. En el Mall se esperaba vender alrededor de 10.000 boletos durante el primer día.
HOY
Para obtener entradas que les permitan ver al equipo Amarillo, posiblemente dar la 'vuelta olímpica' este domingo, miles de hinchas se encuentran desde las 04:00, en los exteriores del estadio Monumental. Otros, quienes no sabían que hoy solo se expenderían las entradas en el estadio por cuestiones de seguridad, amanecieron en los alrededores de Pollos Barcelona esperando conseguir entradas.
Fuente: www.expreso.ec