Cuando cambiamos de técnico casi a mitad de la primera etapa, muchos (como era normal) dijeron "se echó al traste el proceso" y yo les pedía calma, pues un proceso se hace con una idea futbolística clara y con una plantilla de jugadores que permita plasmar esa idea en la cancha, además se necesitaba el apoyo de la gente, pero no un apoyo ciego sino un apoyo a conciencia, viendo y analizando las cosas, criticando constructivamente, buscando soluciones, intentando aportar, haciéndose socios del club. Hoy las cosas han mejorado ostensiblemente en la parte institucional y fruto de ello los resultados se ven en la cancha, una plantilla comprometida, con sentido de pertenencia, con ganas de triunfar, con hambre de gloria, con el firme convencimiento de que sus capacidades los pueden llevar lejos.
Hoy se habrán dado cuenta mis amigos que el proceso nunca se echó por la borda y que el año nunca estuvo perdido por un cambio de dirección técnica, simplemente había que hacer el ajuste que se necesitaba.
El cambio tan necesario se lo hizo de modo adecuado y el ajuste fue milimétrico a punto que la maquinaria amarilla de a poco empezó a tomar velocidad y a funcionar mejor.
La elección de Gustavo Costas como DT de Barcelona fue la más adecuada porque es una persona que no tiene poses con las cámaras ni tiene un protagonismo extra llamativo cuando dirige desde la banca, Costas llegó a pulir la idea futbolística que ya estaba en marcha y que los jugadores aún en forma descoordinada y sin mucho convencimiento trataban de realizar en la cancha las tareas que les asignaban. De a poco el discurso de Costas caló hondo en cada uno de los jugadores y el rendimiento del equipo empezó a subir, la implantación de un sistema de férrea defensa con transiciones ofensivas rápidas dio la pauta de seguir funcionando como un equipo utilitario que con cada resultado positivo que conseguía hacía que el grupo se una más.
No creo que haya aún un techo para Barcelona pero sí creo que de a poco las piezas van a necesitar recambio y esa labor de saber darle "mantenimiento" y afinación recae directamente en el "ojo clínico" del director técnico de turno quien en conjunto con la dirigencia deberá mantener la competitividad de plantilla sin permitir que los costos de mantenimiento del plantel resulten insostenibles.
Hoy Barcelona tiene un plantel numeroso pero más allá de cantidad, también tiene calidad, no quisiera ser director técnico de Barcelona en la actualidad, tener tanto jugador de buen desempeño debe resultar un dolor de cabeza al momento de decidirse por alguien, pero así mismo, al haber más de un jugador por puesto ha hecho que el rendimiento de cada uno se incremente por el hecho de tener alta competencia entre ellos en los entrenamientos, esto en lugar de ser algo negativo, ha resultado en uno de los puntos fuertes de Barcelona que cada día se afianza más y sus jugadores individualmente están en la capacidad de resolver en una jugada determinante.
Las cosas pueden mejorar aún más pero se necesita que la gente esté convencida de que el cambio continúa y que es necesario que la gente sea parte de ese cambio, yendo al estadio, motivando a los jugadores, convirtiéndose en socios, todos los modos positivos de aporte al club son bienvenidos.
Barcelona nos invita a creer en que el campeonato este año es posible y que las cosas con el empuje de todos pueden seguir siempre por la senda correcta.
Únete, Barcelona te da alegrías y también necesita de ti.