No hubo ovaciones. Barcelona ganó ayer de visita 1-2 al Deportivo Quito y las felicitaciones no llegaron desde las tribunas, como suele suceder en este tipo de encuentros donde acuden miles de fieles toreros, sino solo desde la banca de suplentes amarillos y el área técnica, a cargo de Luis Soler.
El juego se realizó sin público en el estadio Atahualpa porque la Ecuafútbol aplicó esta sanción a los chullas, por una fecha, debido a “conducta impropia” de la hinchada azulgrana en el juego del 24 de agosto, día en que empataron a 0 con Liga de Quito.
El partido inició con un leve dominio del local. No obstante, la primera opción clara de anotar llegó en los pies de Roosevelt Oyola, quien estrelló la pelota en el parante del arco de Fabián Carini (11m).
La réplica fue inmediata. Federico Nieto sacó dos remates, pero los balones no ingresaron (el uno lo rechazó el arquero Máximo Banguera; el otro, afuera). El artillero se quedó con las ganas de anotarle por primera vez a Barcelona, como lo dijo en la previa.
La apertura del marcador se dio en una acción de Roosevelt (24m). El zurdo, uno de los más destacados junto con Matías Oyola, sacó un centro y el zaguero Jorge Guagua derrotó a su compañero Carini. Michael Arroyo (37m) amplió la ventaja con un disparo potente, desde unos 25 metros.
Tras el descanso, los dirigidos por Rubén Insúa, quien hizo debutar a David Quiroz, buscaron de múltiples formas el descuento. Hasta que al minuto 54, Javier Chila concretó el 1-2. No obstante, y pese a que fue un monólogo de ataques azulgranas, no les alcanzó el tiempo para empatar.
Luis Soler, DT canario, sacó al único centrodelantero, Wilder Medina, y dejó arriba solo a volantes como: Carlos Gruezo, Bryan de la Torre, Michael Quiñónez y Hólger Matamoros, quienes se turnaron para fungir de delanteros.
Fuente: El Universo
