Ayer se acabó el maleficio y los fantasmas de los penales errados de la primera etapa del Campeonato desaparecieron, por lo menos por ahora, de Barcelona y del estadio Monumental.
Hólger Matamoros fue el encargado de hacerlo. El mediocampista orense asumió la responsabilidad por orden directa del estratega Gustavo Costas.
El técnico argentino llamó a Jayro Campos a la zona técnica cuando Luis Romero, defensa del Deportivo Quito, interpuso su brazo en la trayectoria de la pelota, en el área. Corrían 71 minutos.
Le pidió que le dijera a Matamoros que tomara la pelota y cobrara el tiro penal con el que los canarios vencieron 1-0 a los chullas. Costas lo anunció hace dos semanas: “Le vamos a dar la oportunidad (para cobrar penales) a Hólger y a Caicedo (Luis)”, dijo en esa ocasión durante una rueda de prensa, antes de que empezara la segunda etapa del torneo.
Narciso Mina y el volante argentino Damián Díaz ni siquiera se acercaron a pedir la pelota con la intención de ejecutar el remate. Los dos fallaron penales decisivos en la primera fase del torneo.
Matamoros tenía apenas 12 minutos en el campo de juego, cuando se paró frente a la pelota y venció al arquero Adrián Bone. Díaz y Mina aplaudieron la ejecución de su compañero.
Pero el festejo le duró poco al volante canario. Justo cuando se cumplió el tiempo reglamentario, Matamoros salió expulsado por doble tarjeta amarilla. La primera fue por simular una falta en el área y la segunda por una agresión contra un rival.
Pero sin ese penal y ese tanto, el partido hubiese sido monótono. Tanto así que la fricción, el árbitro Daniel Salazar y las tarjetas amarillas fueron más protagonistas que el mismo fútbol.
El juez del compromiso no contribuyó para que el juego de los dos equipo alcanzara la velocidad necesaria, para ganar ritmo y dinamismo.
Salazar exhibió en total 12 tarjetas amarillas y dos rojas y en más de tres ocasiones cortó el juego para que se cobrara falta y no aplicó la ley de la ventaja.
Al final del partido, los jugadores evitaron hablar del arbitraje, pero sí se mostraron molestos porque el réferi le restó continuidad al juego en conjunto.
Pese a ello, los chullas tuvieron un gran mérito aunque perdieron. Aplicaron una marca escalonada en la mitad de la cancha y le impidieron desarrollar su juego a los volantes ofensivos locales.
Barcelona fue el dueño de la pelota durante gran parte del compromiso, pero tras la expulsión de Matamoros le dio la iniciativa a los chullas. En los últimos dos minutos del cotejo, los adicionales, los capitalinos estuvieron a punto de empatar el partido.
“Deportivo Quito fue un gran rival. La expulsión de Matamoros nos desconcentró un poco y ellos aprovecharon eso para hacernos daño”, reflexionó Costas en la rueda de prensa posterior al partido.
Para Nelson Acosta, DT del Deportivo Quito, a su equipo le faltó“fortuna”. Barcelona jugará este miércoles, a las 19:00, contra el Manta, en Machala. Este partido fue aplazado y corresponde a la tercera fecha del torneo.
Fuente: www.elcomercio.com