Los corazones amarillos desbordaron de pasión contenida por tantos años de frustraciones.
Escribo este comentario cuando han pasado algunos días de que Barcelona Sporting Club, el equipo de fútbol idolatrado por la afición ecuatoriana ganara la primera ronda del torneo nacional , que lo ubica como finalista para disputar el campeonato con el ganador de la segunda vuelta, y con derecho a jugar la copa libertadores de América y la sudamericana.
Quien hubiera creído que apenas hace año y medio, al finalizar el dos mil diez, el cuadro amarillo estuvo en las puertas del descenso y sus dirigentes celebraron quedarse en la categoría como si hubieran obtenido un campeonato.
Eran malos tiempos para la gran hinchada canaria. La historia triste continua en el dos mil once, cuando en la primera ronda Barcelona se ubico en la zona de descenso.
De nada sirvió la rogativa de los socios para que se convoque a elecciones. La historia triste continúo. En la primera vuelta del dos mil once Barcelona merodeo la zona del descenso.
Ante la evidencia abrumadora del fracaso, el encargado de la presidencia no tuvo alternativa y se realizo el torneo electoral. La nueva dirigencia, con valentía y amor a la institución asumió el reto, a pesar de las millonarias deudas acumuladas.
Los resultados no se hicieron esperar.
Barcelona quedo segundo en la vuelta final del campeonato obteniendo cuarenta puntos. En el dos mil doce, la oncena torera gana el primer lugar del torneo haciendo felices al setenta por ciento de los ecuatorianos que aman a Barcelona.
Es posible que en estos apuntes haya una carga afectiva. Lo admito. Pero seriamos injustos sino reconociéramos el sacrificio de ese grupo de guayaquileños que tuvieron el arrojo de tomar las riendas diligénciales sacrificando descansos, negocios y familia.
Por ello, esperando que nuestro querido club siga dando alegrías a nuestro pueblo rindo mi homenaje a todos los que hacen el nuevo Barcelona, particularmente a su afición por las muestras conmovedoras de fidelidad y respaldo.
Redactado por el Dr. Franklin Verduga Vélez
