El rendimiento de Barcelona es impredecible. Es capaz de golear a un equipo que pelea en la parte alta de las posiciones y en la siguiente semana dejarse dominar por el colista. Ayer, lejos de su nivel, el cuadro guayaquileño tuvo que conformarse con un empate sin goles ante Macará, en Ambato.
El conjunto canario no tuvo las ideas necesarias para ganar la posesión del balón. Incluso, de no mediar por, al menos, cuatro intervenciones decisivas del guardameta Máximo Banguera, pudo salir derrotado del estadio Bellavista.
Durante el primer tiempo Barcelona esperó en su cancha hasta entender la propuesta de Macará. La postura fue entendible. Hubo al menos un jugador en cada línea que no era titular habitual. En otros casos, como el de Pedro Velasco, tuvieron que acostumbrarse a una nueva posición. Él es lateral derecho pero jugó como volante de contención.
La idea resultó práctica al inicio. Barcelona no dominó en las acciones pero tampoco pasó peligro. El balón se lo disputó en la mitad de la cancha y, salvo contadas excepciones, no llegó a las áreas con claridad.
Para los locales, Omar Guerra fue la carta ofensiva. Él trató de sacarle provecho a su principal virtud: la pegada fuerte al balón. En dos tiros libres obligó a volar a Banguera.
La apuesta ofensiva de Barcelona se apoyó en Michael Arroyo. Sin embargo, el volante estuvo lejos de su nivel. Salvo en una ocasión, que se llevó la marca de tres defensas y remató desviado, no apareció.
José Ayoví, por izquierda, y Carlos Quintero, por el centro, carecieron de abastecimiento.
Esto provocó que los toreros recurran a los remates desde lejos, como última medida. Luis Caicedo y Pedro Velasco crearon cierto peligro por esta vía.
Para el segundo tiempo, los dos equipos trataron de ser más ofensivos. Armando Osma envió a la cancha a Luis Miguel Garcés; en tanto que Gustavo Costas dispuso el ingreso de Bryan de la Torre como volante por izquierda.
En los dueños de casa hubo una respuesta inmediata. En ocho minutos dispusieron de dos ocasiones claras. En la primera Sergio Mina superó a dos contrarios y remató cruzado. El balón salió cerca del vertical. En la segunda, Omar Guerra remató desde fuera y Máximo Banguera alcanzó a rozar el balón. Aquello ayudó a que la pelota se estrelle en el horizontal.
La más clara fue a los 66 minutos. Banguera volvió a salvar su arco, tras ganarle un mano a mano a Guerra, en el área chica. En Barcelona fue necesaria una nueva variante para agilizar los movimientos ofensivos. Ingresó Carlos Penilla en lugar de Ayoví. Aún así, no pudo ser peligroso. Un remate de Bryan de la Torre que sacó Cristian Mora fue lo único en ataque.
En los minutos finales, Macará trató de llevarse los tres puntos, en tanto que los toreros solamente esperaron para mantener el cero en su arco y especular con alguna salida rápida. Hubo emociones, pero no compensaron un partido lleno de errores.
Fuente: Expreso