El famoso "baño de verdad" que sentenció el señor Alfonso Harb en algunos medios de comunicación abrió un compás de espera que hizo pensar que se venía una verdadera guerra de información respecto a la debacle económica que vivió el club durante los años 2008 al 2011.
Muchos pensamos que habría nombres salpicados, también pensamos que aparecerían los muchos comprobantes y respaldos de transacciones que la auditoria los asentó en "el limbo", también se me ocurrió que nos diría dónde anda el Hyundai Santa Fe que desapareció sin que haya denuncia de robo, pero nada de eso ocurrió.
El "Pocho" Harb no hizo más ni menos de lo que hacía cuando estuvo de presidente en Barcelona, hablar mucho utilizando epítetos y connotaciones rayando en ofensas, echar sapos, culebras y grillos por la boca pero al final queda esa sensación que realmente no dijo absolutamente nada.
Habló de que mancillaron su honor, se refirió a "vagabundos" sin dar nombres y repetir escandalosamente que aún no tenía pruebas de que estas personas hayan "manipulado" a la asamblea para que tome acciones contra él pero la verdad es que simplemente demostró una vez más, tanto en la rueda de prensa como en su desfile por algunos medios radiales que a él le gusta el circo y el faranduleo.
Agradezco que públicamente Barcelona no se maneje más como un circo donde los directivos hablan cualquier tontería en los medios de difusión por hacerse los bravos, los intocables, lanzando amenazas sin sustento, sin pies ni cabeza y sobretodo sin nombres.
Las últimas intervenciones del "pocho" no hicieron más que ahondar el odio y el rencor del hincha torero que recordó con tristeza una época en la que los payasos reinaron y Barcelona fue convertido en un circo.