viernes, junio 24, 2011

POR UN BARCELONA DECENTE

Finalmente hubo elecciones para el directorio del Barcelona SC. Los últimos 3 años, el equipo de fútbol más popular del país sufrió la peor gestión dirigencial de su historia. Haremos un apretado recuento de esta triste pesadilla.

Más que el desastre deportivo, la institución fue casi aniquilada económicamente. Se oculto sin sonrojos la verdad financiera. Cuando jóvenes socios agrupados en “SOS REVOLUCION TORERA”, demandaron que se transparenten las cuentas, fueron perseguidos y sancionados con argucias. Ni la justicia común pudo lograr que entregaran cifras. Aferrados a sus cargos, inscribieron como socios a madres, hermanos, abuelas y empleados para controlar las asambleas. Dieron publicidad a periodistas deportivos para defender sus intereses. Lo mismo se hizo con jefes de barras bravas.

Montaron un gigantesco aparato burocrático que se consumía el dinero en salarios, mientras aumentaban las obligaciones con los acreedores.

De nada valieron los pedidos, reclamos y críticas casi unánimes de los que veían la agonía del club. Entregaron como prenda el estadio Monumental al Seguro social, fracasaron estrepitosamente en el terreno deportivo y dejaron a Barcelona con deudas que se calculan entre 12 y 14 millones de dólares. Comprometieron valores a recibir por publicidad y tuvieron el desparpajo de contratar los derechos de televisión con los canales incautados, de clara orientación gobiernista. Como si eso no fuera suficiente, pretendieron cubrir la retirada con una lista de candidatos, impulsada por el gobierno. El barcelonismo auténtico derrotó la maniobra.

En el 2010, hasta la última fecha de campeonato nos tuvieron al borde de perder la categoría. Este año estamos en la zona de descenso. Por eso, la afición amarilla congregada en el Monumental gritó ese día, a todo pulmón, AUDITORIA. Es que, los resultados deportivos no servirán sin un baño de verdad que castigue la bellaquería y le permita a Barcelona ser una institución decente.

Escrito por: Franklin Verduga.

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