Michael Arroyo se disfrazó de Damián Díaz, ayer, en Casa Blanca. El volante nacional no solo se enfundó la camiseta número 10 que utilizaba el mediocampista argentino e intentó ser el conductor del equipo, sino que hizo un doblete en el empate 2-2 ante Liga de Quito, en Ponciano. El argentino Gustavo Bou hizo los goles de los locales.
Este fue el primer punto que de visitantes logran en esta etapa los toreros, quienes tendrán que esperar hasta el próximo año para ver si se rompe el 'maleficio' y al fin pueden ganar en el estadio universitario.
La de ayer fue una de las versiones menos atractivas de los juegos que han protagonizado ambos elencos. Fue un partido en el que la pelota transitó mayormente en el sector medular y en el que nuevamente la defensa del equipo guayaquileño fue uno de los sectores más impredecibles.
A Barcelona le costaba tener el balón en su poder y cuando esto sucedía, casi nunca lo tuvo más de un minuto. Cuando el equipo torero lograba la posesión de la pelota, la perdía enseguida y permitía a Liga encimarlo. La ventaja para los toreros fue que los universitarios tampoco hicieron uno de sus mejores encuentros.
Pese a que no fue la mejor Liga de Quito que ha enfrentado Barcelona en los últimos años, el cuadro albo siempre estuvo al frente. Gustavo Bou, mediante tiro penalti, abrió el marcador al minuto 57; pero casi de inmediato Michael Arroyo aprovechó una habilitación de José Ayoví, que había ingresado por Quinteros, y con tiro elevado al centro del arco, empató las acciones.
Después de este gol, Barcelona volvió a su esquema conservador. Si bien tenía dos atacantes en el campo de juego, la predisposición táctica del equipo hacía que esto no se notara.
Liga, con un poco más de orden y de ganas, volvió a adelantarse en el marcador. Otra vez fue Bou que aprovechó un desentendimiento de la zaga y con un tiro por encima del arquero Máximo Banguera, puso en ventaja a su equipo.
Al minuto 76, Michael Jackson Quiñónez, ingresado por Velasco, mete un pase al área y Eduardo Morante corta la acción tocando la pelota con el brazo derecho. El árbitro lara esta vez no dudó y sancionó la falta. Morante recibió la segunda tarjeta amarilla por esta acción y la posterior expulsión.
Arroyo fue el ejecutor de la sanción y convirtió su doblete salvador para su equipo que sigue con la tarea pendiente de ganar en Ponciano.
Al final, Gustavo Costas aseguró que aspiraban a más. El estratega confesó que para el cotejo por la Copa Iberoamericana contra el Sevilla español utilizará un equipo alterno.
Fuente: Expreso