Pasan los días y pasan los partidos, Barcelona sigue sin encontrar la brújula que lo catapulte a ser el equipo que terminó jugando la primera etapa del campeonato nacional, esta segunda etapa el comienzo ha sido tan flojo como el comienzo de la primera, ahora con una brecha de 7 puntos de diferencia con los primeros del campeonato, la preocupación y desazón en las huestes amarillas no es un secreto.
La hinchada de Barcelona teme sobre todo que el día domingo la ventaja con los punteros se amplíe a 10 puntos tornando casi imposible remontar pues ya entraría en juego también que los que van primeros comiencen a perder partidos lo cual por el momento luce poco factible aunque claro, en el fútbol no hay nada dicho hasta el final.
En la primera etapa Barcelona no pudo remontar la ventaja con los punteros pues su "despertar" futbolístico fue demasiado tarde ¿acaso esta etapa esperamos despertar cuando ya todo este perdido nuevamente?
No es justo para la hinchada que se desgarra la garganta cantando todo el partido, dando el apoyo; algo que los jugadores no pueden reprochar pero esta relación simbiótica entre jugadores e hinchada debe ser recíproca, si no hay resultados en la cancha la hinchada comenzará a impacientarse sobretodo con jugadores con los que no se ve mejoría futbolística alguna a pesar de que han tenido continuidad, jugadores como Juan Carlos Paredes y Geovanny Nazareno no son ni de lejos los laterales que Barcelona necesita pues no van bien en defensa y cuando les toca atacar son muy desordenados, pierden espacio, se enredan solos y lo peor es que ni un solo centro bueno pueden lanzar.
Creo particularmente que los refuerzos extranjeros de Barcelona llegan demasiado tarde, quien sabe y recién los podremos utilizar en la sexta fecha de la segunda etapa porque amén de Wilder Medina los otros necesitan ponerse a punto físicamente y eso toma tiempo, un tiempo que Barcelona ya no tiene pues si quiere pelear algo en esta etapa no puede seguir perdiendo terreno, con la salida de Díaz y Nahuelpán el equipo de fútbol quedó sumamente diezmado, con poca capacidad ofensiva, con poca claridad para definir, con jugadores que no dan la talla para llevar esa responsabilidad y lo demuestran partido a partido.
Con todos estos antecedentes, es lógico que la inclusión de los refuerzos para el equipo era "para ayer".