jueves, abril 05, 2012

EL "PRESTIGIO" DE LA ECUAFÚTBOL

Hernán Darío Gómez tiene incontinencia verbal. Suelta secretos sin control, sobre todo cuando se siente a salvo y en terreno neutral. A Ecuador no volverá nunca, por más que el presidente de la Federación Ecuatoriana de Fútbol tenga sueños recurrentes con él, añorando los tiempos en que hicieron buenas migas y labraron complicidades. 

Consciente de su impunidad, el Bolillo soltó una de esas verdades monumentales que dirigentes cómplices y periodistas encubridores trataron siempre de mantener como secreto de Estado. Sin que nadie lo presione, dijo a una radio en Colombia que la convocatoria de jugadores la hacían a medias él, como muy bien pagado director técnico, y los que mandaban en la Ecuafútbol. 

Tienen razón Rodrigo Paz y Galo Roggiero: este pacto acomodaticio lo conocía todo el país futbolero y lo disimulaba la ‘corte de los milagros’ del periodismo criollo y la FEF en pleno. ¿El premio? Los ‘favores logísticos’ para la gente de micrófono y pantalla y las ‘invitaciones todo incluido’ para quienes votan en los congresos de la Federación, especialmente en la aprobación de informes económicos que son “misterios gozosos” de los 14 años de mandato de Luis Chiriboga.

Gómez se desdijo en una carta luego de la tibia reacción de la Ecuafútbol, pero la credibilidad ha sido mínima. Al interior de la FEF reina más el silencio que la protesta. La alharaca proviene del periodismo adicto al presidente Chiriboga. “No puede mancharse así el prestigio de la Federación”, dicen en coro. Un veterano comentarista de TV sentenció: “Bolillo ha rectificado, por tanto la FEF es inocente. Y asunto terminado”. No hay ningún análisis ni espíritu crítico. Pero el periodismo independiente, que aún existe pese a vetos y persecuciones, se pregunta ¿de qué prestigio de la FEF se está hablando?

Si hubiera honestidad emocional en quienes opinan a través de los medios, podrían hacer un balance de éxitos y fracasos y del costo de los éxitos. 

Durante el mandato único, en solitario, sin voces disidentes, autoritario, de Chiriboga, que arrancó el 12 de enero de 1998, se fue a dos Copas del Mundo (2002 y 2006), al Mundial Sub-20 del 2001, aparte de una medalla dorada en los Juegos Panamericanos del 2007. Nunca en la historia de nuestro fútbol un dirigente manejó tan millonarios recursos para llegar al objetivo. Al mismo tiempo, la Selección fracasó estrepitosamente en las copas América de 1999, 2001, 2004 y 2007. Siempre fue eliminada en primera ronda. Esto en lo futbolístico.

La alegría por la llegada de la Tri a dos mundiales se ensombreció por los continuos escándalos. Lo del coyotaje debería haber significado el fin del mandato de Chiriboga, pero no lo fue. Las clasificaciones mundialistas crearon una atmósfera de impunidad que invadió hasta el Congreso Nacional. Ahí se aprobó una Ley del Deporte que imponía a todas las federaciones la rendición de un informe (al COE) técnico, administrativo y económico, luego de cada participación internacional, “a excepción de la Federación Ecuatoriana de Fútbol”, modificación introducida por un legislador del PRE que era, a su vez, miembro de la FEF.

Un juicio poco creíble terminó con el coordinador de Selecciones, Vinicio Luna, sentenciado a un año de prisión. No bien salió de los calabozos volvió a su cargo en la Federación, como si nada hubiera pasado.

Pero ha habido más: una sentencia penal remitida contra Chiriboga y la pretensión de pagar la indemnización impuesta con bienes de la Federación; el abortado negocio del canal de fútbol, que causaba una lesión enorme al balompié nacional; las “invitaciones” al centenar de dirigentes en cada expedición para comprometer el voto en los congresos.

También las persecuciones al dirigente Eduardo Granizo y al general Tito Manjarrez, exmiembro de la Comisión de Selecciones, por discrepar con el “pensamiento único” de Chiriboga. El 23 de mayo del 2008, la Comisión de Control Cívico de la Corrupción informó que fueron hallados “indicios de corrupción en la Ecuafútbol, en lo relacionado con el tráfico ilegal de migrantes”. Según la CCCC, la Federación “favoreció ilegalmente a personas extrañas a ese organismo con la obtención de visas a EE.UU.”. ¿De qué prestigio se está hablando?

En Chile, los tortuosos entresijos del fútbol de ese país fueron revelados por el periodista Juan Guarello en su libro Historias secretas del fútbol chileno; en Argentina, Alejandro Fabbri hizo siniestras revelaciones en Historias negras del fútbol argentino. En Ecuador esperamos el Libro negro de la Federación Ecuatoriana de Fútbol (1998-?).

Por Ricardo Vasconcellos R.