Por: Carlos V. Morales
"Tengo muy claro que mi contrato con Barcelona termina el 12 de junio". Esa es la realidad que asume y maneja Alex Aguinaga, muy independiente del futuro eleccionario que se avecina.
Aguinaga ha dirigido 4 partidos y más allá de los resultados, se evidencia una mejoría en la producción y rendimiento de Barcelona. Puede ser mejor, pero hay valores individuales, entiéndase jugadores, que no ayudan.
Sigue siendo poco aporte lo de Marangoni y Texeira, los famosos RO-RO que tanto promocionó Pocho. Son dos puestos claves dentro de un plan colectivo. Mirando la tabla, la posición de Barcelona no da ni para asustarse ni para esperanzarse. Da para planificar seriamente la segunda parte del año, salvar algo y que la palabra fracaso no duela tanto.
¿Pero se puede hacer esto, cuando el hombre clave, Aguinaga, ni siquiera sabe si seguirá o no? Por una cuestión de respeto a Alex y de responsabilidad al futuro de Barcelona, pienso que debe convocarse ya a elecciones.
Conocer el nombre de los candidatos. Proponer que éstos se reúnan con Aguinaga, sincerarse con él y decirle si entra o no en sus planes. Sólo así se podría pensar en cambios serios en lo deportivo e institucional, y el entrenador programar lo que considere conveniente para el segundo semestre.
No hacerlo equivale a seguir divagando. Cualquiera sea el nuevo Presidente exponer si Aguinaga está incluido en su proyecto. De lo contrario no hay futuro y Alex seguirá manejando su cruda realidad del 12 de junio.
Pocho Harb, más allá de sus excesos emocionales, debe pensar en esto. El manoseado tema de las elecciones ya debe tener un horizonte claro y los que quieren ser candidatos ya es hora de que dejen de andar tras bastidores, y salten al ruedo para encarar frontalmente lo que tanto anhelan: presidir Barcelona. El tiempo corre.
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