La expulsión de José Luis Perlaza en Loja me dejó perplejo, sin ninguna reacción, frío, sin poder explicarme cómo un jugador con tanta experiencia en fútbol de primera división, un jugador que ha sido seleccionado nacional, que incluso fue mundialista, sigue cometiendo este tipo de acciones propias de un cavernícola y no de un futbolista profesional.
Perlaza ya acumula 12 expulsiones desde que llegó a Barcelona en el año 2009, expulsiones que se dieron en partidos de local y de visita justo cuando el equipo tenía necesidad de ganar puntos, creo que este tipo de acciones deben incomodar sobremanera a sus compañeros, y claro, ni qué decir de la hinchada que ya no soporta más ver a Perlaza ser un reincidente de las expulsiones.
De por si me es imposible de creer que una persona madura, que un jugador profesional no tenga claro cuál es el concepto que el arbitraje nacional tiene de uno mismo, es penoso que Perlaza siga cometiendo agresiones (porque eso son) físicas justo cuando está disputando el balón, cuando es el centro de atención de las miradas del árbitro y todo el estadio, creo ya es momento que se hable con el jugador porque no puede seguir perjudicando así los intereses de Barcelona.
Siempre he sido un defensor de Perlaza porque he considerado que a él jamás se le puede reclamar que no se raje en la cancha por Barcelona, no dudo de sus ganas de defender a nuestro equipo pero creo que el método que está utilizando (el uso desmedido de la fuerza) no es el más adecuado y es momento de enmendar.
Yo como hincha me siento ofendido por la actitud de Perlaza para con Barcelona, lo que logra con las expulsiones no es ni de lejos defender a nuestro equipo sino perjudicarlo, creo que el jugador debe por cuenta de él mismo pedir disculpas a la afición amarilla, debe dejar de creerse perjudicado, creer que no ha hecho nada y que lo expulsan injustamente, es momento de que acepte sus errores y los enmiende, caso contrario más nos servirá en las gradas que en la cancha.
Cada que le sacan una tarjeta amarilla o Roja se escucha el clamor popular ¿Hasta cuándo Perlaza?