Probablemente el 15 de octubre de 1982 fue un día normal para muchas personas, tal vez entre los pocos para los que era especial estaban el delantero francés David Trezeguet y el mediocampista ecuatoriano Patricio Urrutia, pero era comprensible pues ambos, aunque en realidades diferentes, cumplían 5 años de existencia. Pero en Río Cuarto, localidad de la provincia de Córdoba, Argentina, nacía ese mismo día un niño que estaba destinado a escuchar su nombre coreado por miles de personas, un niño que en medio del llanto que lanzó al momento de su nacimiento ya tenía en sí mismo esa habilidad propia de los elegidos por el fútbol para ser un ídolo, un gran referente.
En el mundo hay políticos, doctores, arquitectos, sacerdotes y millones de personas que con el ejercicio de su profesión pueden levar alegría a la gente; pero en muy pocas como en la profesión de futbolista se puede llevar tanta euforia, pasión, júbilo y felicidad al punto de desbordar las venas de un grupo de personas, a esto estaba destinado Matías Oyola, a llevar alegría a la hinchada con una gambeta, con un amague o con un simple pase entregado con calidad.
Cuando de niño pateaba la pelota con sus amigos en su natal Río Cuarto ya se le notaba la magia y entrega que demostraría años después en las divisiones inferiores de River Plate, club donde se formó; en un fútbol que por momentos se vuelve muy físico es complicado para un jugador de apenas 1.69 de estatura brillar en todo su esplendor, pero la excepción confirma la regla y tal como en su momento brillara el mismísimo Diego Armando Maradona con apenas 1.66 y como lo hace actualmente Lionel Messi con el mismo 1.69; (guardando las distancias con los antes mencionados) Oyola pudo sobresalir enormemente a pesar de su baja estatura, la misma que le valió el apodo de El Pony.
Fue prestado a Defensor de Belgrano y luego a Gimnasia y Esgrima de Jujuy, donde desempeñándose como volante por izquierda se ganó los aplausos de la hinchada tanto del Dragón como del Capo del Norte, en el 2006 regresa a River donde no encontraría espacio merced a que en el mediocampo millonario había jugadores de la talla de Marcelo el muñeco Gallardo y Ariel el burrito Ortega; es prestado a Belgrano de Córdoba, equipo en el que seguramente se sintió muy a gusto pues se encontraba muy cerca de su familia.
En el año 2007, otro de los cinco grandes del fútbol argentino se fija en las cualidades del cordobés y compró sus derechos deportivos por $350.000, en ese año Oyola aportó a que el rojo se mantuviera en la punta del Torneo Apertura por más de 10 fechas al hilo; con la amargura de no haber podido salir campeón con los diablos rojos fue cedido a Colón de Santa Fe a mediados del 2008, jugó en el Sabalero hasta mediados del 2009, donde en una gestión bastante sorpresiva, el entonces Presidente de la Comisión de Fútbol de Barcelona Sporting Club, Alfonso Harb Viteri, contrató sus servicios junto con los de su compatriota Hernán Encina, quién posteriormente pasara a Gimnasia y Esgrima de La Plata pero que como el pony mostró un buen rendimiento mientras estuvo en el ídolo, lo que aún tiene pensando a muchos hinchas toreros acerca de cual hubiera sido el porvenir de Encina si se hubiese quedado en Barcelona.
Una vez en Barcelona, comenzó a mostrar su fútbol en un puesto diferente al que ocupa ahora, en esa época Juan Manuel Llop lo utilizó como volante de avanzada por izquierda, rol en el que se desempeñó con soltura y capacidad; tiempo después los aprietos defensivos que acaecía un Barcelona falto de jugadores que pudieran desempeñarse como un mediocampista de ida y vuelta que pudiera entregarse tanto a la marca como a la creación de juego obligaron al director técnico a utilizarlo como un volante mixto algo más adelantado que el cabeza de área que era en esa época Fernando Hidalgo.
Si bien se notaba la mejoría en el trabajo de contención del equipo torero, el equipo perdió oficio en la creación de juego ofensivo por esa banda, donde Oyola era muy importante. El paso de los partidos y sus buenas actuaciones como volante cada vez más defensivo fueron borrando de la memoria del hincha barcelonista a ese volante por izquierda de buen desempeño que creaba ocasiones de gol por esa banda y pasó a crear la imagen de un gladiador, de un jugador que no da una sola pelota por perdida, de un guerrero que pelea cada balón como si fuera el último.
Oyola estuvo a punto de salir del equipo canario al finalizar su primer préstamo a mediados del año 2010 pero el cariño que siente por la camiseta de Barcelona hizo que intercediera para que se lograra una extensión de su contrato hasta mediados del presente año.
Fueron acciones como esta las que hicieron que Oyola, un jugador de pocas palabras pero de mucho fútbol, se fuera metiendo en el corazón de la hinchada torera, la cual partido a partido ve al pony como un verdadero representante de esos jugadores de antaño que gestaron la grandeza de su club.
Mucha capacidad de sacrificio, gran habilidad tanto como para el pase corto como para el pase largo, buena visión del campo de juego, gran gestión en el repliegue y despliegue en la cancha, así como una excelente pegada de media y larga distancia son las principales cualidades del argentino, quién se ha convertido en un verdadero ídolo de la afición de Barcelona, que ve en el trabajo de Oyola reivindicadas las contrataciones de un sinnúmero de jugadores extranjeros que pasaron con más pena que gloria por el equipo de sus amores en los ultimos años.
Oyola es uno de los jugadores que mejor traslado de pelota tienen en el fútbol ecuatoriano, es definitivamente un jugador que al ver su desempeño en la cancha arenga a cualquiera más allá que las palabras, se ha convertido en el referente de este equipo al que tanta falta le hacía un jugador que realmente sintiera la camiseta y le devolviera la identidad perdida.
Hoy por hoy Oyola es titular indiscutible en el mediocampo torero, en la zona medular de Barcelona por lo general están Oyola y 3 más por decirlo de alguna manera y bien merecido se lo tiene el cordobés en respuesta a su gran trabajo. Cuando por el altoparlante del estadio Monumental se escucha la alineación de Barcelona antes de los partidos, se oye un gran silencio antes de escuchar "Matías Oyola con el número 18", momento en el que la hinchada amarilla explota de emoción al oír el nombre de quién los representa en la cancha, de quién con su garra y sacrificio dentro del campo de juego es un símil del hincha que trabaja toda la semana para ir el domingo a alentar a su equipo.
"Sería un orgullo ser ecuatoriano", esas palabras seguramente no saldrán de la memoria del hincha barcelonista por muchos años y es que muy pronto su referente, el último gran referente, obtendrá la nacionalidad ecuatoriana, no para dejar libre un cupo de extranjero sino porque el Ecuador se ha metido en su corazón al igual que él lo hizo en el de la hinchada amarilla.
Está en el camino de los grandes jugadores de la historia de Barcelona, tal vez no por la cantidad de títulos alcanzados, sino más bien por su entrega, su sacrificio y cada gota de sudor que ha dejado en la cancha por esa gloriosa camiseta amarilla. De todas maneras ya recorrió el camino más largo hacia la gloria en Barcelona, el camino hacia el corazón de la hinchada, que hoy en día pide a Oyola como su capitán.
Escrito por: Sebastián Decker Ulloa; twitter:
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