El árbitro Diego Lara, quien el pasado domingo decretó un gol (con la indicación de su asistente), pese a que la pelota no superó la línea de meta, admitió ayer haberse equivocado al validar esa anotación, con la cual Deportivo Quito derrotó 2-1 a Barcelona.
Si bien el colegiado reconoció el error, en diálogo con Diario EL UNIVERSO rechazó el que un sector de la prensa afirmara que su accionar fue con “mala fe. Nosotros salimos a trabajar sin pensar en hacer daño a nadie. Lastimosamente tuvimos una mala tarde”.
El juez contó que en algunos medios los han calificado a él y a Muzo de “ladrones”, y por eso pidió a esas personas que demostraran qué han robado. “Nos equivocamos. Las críticas han sido muy duras y las aceptamos, pero tenemos familia y (por ese error) no es como para que a uno lo liquiden como persona”.
Aunque Muzo admitió que el yerro fue suyo (él informó que el balón superó la línea de meta), Diego Lara, “como jefe del equipo arbitral”, asumió la culpa y dijo que aceptará la sanción que se le imponga, pero apegada a los reglamentos de la Ecuafútbol. “Queremos dar vuelta a la hoja y esperar que no se tomen represalias en contra mía o de Marco”.
El réferi recordó cómo se dio la acción polémica: “Es una jugada donde el arquero (Máximo Banguera) sale a marcar al delantero (Christian Lara). Me acerco para ver que no haya infracciones. El delantero patea al arco y un defensa (Luis Checa) rechaza el balón. Luego, la pelota toca en la mano de otro jugador (Franco Peppino), pero al ser involuntaria no decreto penal, sino tiro de esquina”.
Agregó: “Pero en ese momento mi compañero (Muzo) pulsa un dispositivo que usamos y lo regreso a ver. Con señas convencionales me dice que fue gol. Al ver que está mejor ubicado que yo, decreto el gol”.
¿Por qué no mantuvo su decisión de dar tiro de esquina? ¿Usted es la máxima autoridad? Él juez responde: “Es verdad que yo tomo la última decisión, pero también manejamos lineamientos y entre esos está que si el asistente tiene una mejor ubicación debo dejarme guiar por mi compañero”.
El colegiado lamentó que personas desconocidas hayan ido hasta su negocio particular a proferir insultos en su contra (por el mal arbitraje). “Lo malo es que no estuve ahí. Todo lo vivió mi esposa”.
El árbitro, al ser consultado sobre un incidente anterior en un partido, recordó que en agosto pasado, cuando dirigió el enfrentamiento entre El Nacional y Liga de Quito, un grupo de policías fue agredido con una llanta de vehículo por hinchas albos.
“En varios medios se dijo que es posible no ver el lanzamiento de una piedra, pero que cómo no pude haber visto que se lanzó un objeto tan grande como una llanta. Que para ello debería estar ciego”, contó.
Explicó que eso sucedió una vez que terminó el primer tiempo, durante los 15 minutos de descanso. “Al igual que los futbolistas nosotros vamos al camerino a descansar y a hidratarnos, por lo tanto no vimos nada”.
Por esta situación, un periodista le dijo que en lugar de Diego debería llamarse ‘ciego’. “Le aclaro a él que nosotros estábamos en el camerino y ese procedimiento (descansar) se da en todo el mundo”, finalizó.
Fuente: El Universo