En Sangolquí se vivió la fiesta torera. La hinchada pintó de amarillo la mayoría de los graderíos y en la cancha Barcelona realizó un juego inteligente, basado en el orden en la marca hasta recuperar el balón y en salidas rápidas hasta llegar a la zona de finalización.
Supo aprovechar las ocasiones que generó ante un Independiente del Valle que jugó con nueve hombres todo el segundo tiempo.
La propuesta del conjunto canario fue conservadora. La línea de tres defensas compuesta por José Luis Perlaza, Jairo Campos y Frickson Erazo fue reforzada en los costados por Pablo Saucedo por derecha y Roosvelt Oyola por izquierda.
La misión de ellos era replegarse cuando el rival tenía el balón para conformar una línea de cinco. En la mitad de la cancha Luis Caicedo y Carlos Gruezo debían cerrar por el callejón central. Ambos tenían la libertad de sumarse al ataque, pero en posta, ya que uno se quedaba para ayudar a los defensas.
La generación del ataque era tarea de Hólger Matamoros y José Ayoví, mientras que Narciso Mina era el único hombre en punta.
La misión de los dirigidos por Gustavo Costas era esperar en su propia cancha pero sin permitir que Daniel Samaniego reciba la pelota para armar la ofensiva rival. Además, Oyola impedía los desbordes de Fernando Guerrero.
La jugada más peligrosa que sufrieron ocurrió a los seis minutos, cuando Edgar Balbuena sacó un remate que se fue apenas desviado.
Barcelona empezó a mejorar a raíz de que adelantó sus líneas. Encontró su premio muy rápido porque abrió el marcador en su primer ataque a profundidad. A los nueve minutos, Luis Caicedo se sacó la marca de dos rivales y remató desde lejos, el arquero Librado Azcona aflojó la pelota y permitió que Narciso Mina ingrese solo para definir.
Independiente del Valle trataba de llegar al empate, pero no tenía las ideas necesarias. Armando Solís no estuvo en su noche y casi no llegó hasta la última línea. Samaniego tenía poco campo de acción y solamente le dejaban recibir la pelota de espaldas al arco. Así, el delantero Richard Estigarribia se quedó sin abastecimiento.
Barcelona, en cambio, distribuyó mejor la pelota y fue más claro. Antes de llegar al segundo gol falló en dos ocasiones: Narciso Mina se equivocó en la primera y el meta Azcona respondió bien en la segunda.
Solamente a los 33 minutos concretó. Luis Caicedo recuperó el esférico y, tras armar una jugada con Mina, levantó un centro que José Ayoví conectó de cabeza y anotó la segunda.
El cuadro canario decidió no refugiarse para cuidar los dos goles. Mantuvo su idea táctica y lejos de pasar sobresaltos en su arco, seguía atacando.
A seis del descanso Independiente del Valle se quedó con diez hombres por la expulsión de Edgar Balbuena. Y a los 45, sus problemas aumentaron porque Fernando Guerrero también recibió tarjeta roja.
En el segundo tiempo Independiente del Valle tenía la responsabilidad de proponer, pero prefirió resguardar su arco. Barcelona tampoco quiso jugar a la ofensiva.
La hinchada pedía más y pifiaba a los canarios, quienes preferían hacer rotar el balón. Los seguidores querían obligarlos a atacar, incluso coreando el 'ole' a favor de Independiente. Pero los pupilos de Gustavo Costas prefirieron mantener su posición conservadora.
Gustavo Costas: "Hicimos un partido muy inteligente. Tuvimos la pelota el tiempo que la necesitamos y cerramos el partido".
Carlos Sevilla: "Con nueve era muy difícil. Tenemos que seguir porque los jugadores demostrarán que tienen condiciones".
Fuente: www.expreso.ec