En enero de 1914, el español Ramón Unzaga Asla fue el primer jugador de fútbol que hizo un gol de “chilena”, al menos así se registra en los anales del fútbol. Aquella jugada acrobática ocurrió en el estadio El Morro del puerto de Talcahuano, en Chile.
Anoche, el argentino Damián Díaz llevó a Barcelona a octavos de final de la Copa Sudamericana, precisamente anotando un gol similar a la de Asla.
Fue uno de esos tantos de ensueño, que cualquiera lo quisiera hacer en la cancha de su barrio para conquistar la admiración de sus vecinos, pero Díaz lo hizo ante 40.000 almas que tenían aguantada la respiración porque veían que su “viejo Barcelona” no clasificaba con el 3-3 que estaba fijado en el marcador.
Pero llegó el minuto 73. Jayro Campos levantó un centro -uno de los muchos que se lanzaron ayer en el segundo tiempo-, y el “Kitu” sencillamente lo volvió a hacer: Desató la locura total, llevó a que miles de extraños se abrazaran fundidos en un solo grito de gol.
La chilena que convirtió Díaz fue ayer el premio para un jugador que marcó los tiempos en el encuentro, sobre todo en el último cuarto de la segunda parte. Si bien otros jugadores, específicamente Michael Arroyo, jugaron de manera más eficaz, el ritmo que implantó el argentino marcó la diferencia.
Tanto fue el control del volante que derivó en la expulsión de uno de los jugadores del Cobreloa que perdió la cabeza luego de una “vacilada” -con taco incluido- del “Kitu”.
Sana costumbre de un jugador que en algún momento se lo consideró algo “particular” y hasta “loco” por su forma de proceder en la cancha, pero como dijo ayer a varias cadenas internacionales: “he jugado así desde pequeño, no lo voy a dejar de hacer”.
De la mano del argentino, Barcelona ganó 4-3 a Cobreloa y logró acceder a los octavos de final de la Copa Sudamericana, donde el próximo miércoles recibirá al Gremio de Porto Alegre. Michael Arroyo abrió el marcador a los seis minutos con un tiro rasante tras una apilada de Díaz, que dejó en el camino a cuatro chilenos.
Dos después, José Luis Díaz logró el empate tras aprovechar un error por parte de la defensa canaria. A los 17’, Jayro Campos aprovechó una mala salida del arquero Palos y lograr el 2-1.
Nuevamente Arroyo se hizo presente en el marcador. Corrió con la pelota por el costado izquierdo, burló la marca de tres jugadores araucanos, se perfiló y sacó un disparo que se coló en el ángulo superior derecho del portero rival.
Con ese resultado los “amarillos” festejaban hasta que llegó la reacción de los visitantes. Juan Abarca (40’) y Patricio Troncoso (53’) le pusieron dramatismo al final del encuentro.
Un triunfo sufrido, sin dudas. Muchos, inclusive, desempolvaron aquella sempiterna frase que hace varios años no se escuchaba en las gradas del Monumental: “Hoy, Barcelona ganó a lo Barcelona”.
Fuente: www.eltelegrafo.com.ec