Se disputo la fecha 17 de la primera vuelta del torneo ecuatoriano de futbol donde sin duda el partido de la fecha era el Clásico del Astillero en donde los eléctricos recibirían en su estadio de la Avenida Quito a los barcelonistas. Ambos llegaban con igualdad de puntos a este cotejo, y ya con el resultado conocido entre Manta y Liga de Loja, sabían que cualquiera que ganara, seria dueño absoluto de la punta de la tabla de colocaciones. El Capwell se pinto de amarillo tras el triunfo del Barcelona Sporting Club gracias a un gol de su artillero, Narciso Mina. Marcador final, 0x1.
Este fue uno de aquellos Clásicos del Astillero en los que se jugó con el cuchillo entre los dientes, a lo Rambo. Ninguno de los 22 en cancha le daba un milímetro de espacio al rival, las marcas eran personalizadas y bien establecidas en cada rincón del terreno de juego. Ambas escuadras salieron con todo a arremeter contra el arco contrario, tanto así que en los primeros 5 minutos de juego ya hubieron acciones de gol de lado y lado.
Los dueños de casa entraron dispuestos a manejar el encuentro pero se toparon con un Barcelona aguerrido, bien parado en cada una de sus líneas y esto les complico de sobremanera a los eléctricos el tratar de llevar las riendas y el ritmo del juego. La preocupación de los toreros radicaba mayormente en la mitad de la cancha donde solo se podría contar con el gordo Lucho ya que Amaya está lesionado. Pero con Caicedo y Grueso basto para desaparecer al armador de los azules, Mena, quedo prácticamente borrado del encuentro debido a la asfixiante marcación de los dos cinco de los toreros.
El éxito de Barcelona empezó ahí, en la mitad de la cancha y se complemento con la explosividad de Roosevelt Oyola y de José Ayoví que corrían como relámpagos por la banda para así habilitar o a Mina o a Diaz, que esta vez, trabajo más de atacante que de creador de juego. Mientras parecía que Narciso Mina luchaba solo arriba, la realidad era que los azules tenían que preocuparse no solo de cuidar las acciones del delantero, sino también tapar cualquier escapada de los jóvenes Oyola y Ayoví y de paso no descuidar alguna pincelada de Diaz.
Si bien es cierto que Barcelona es un equipo recostado solo por izquierda ya que no hay un lateral por derecha, esto no fue impedimento para que el ataque se logre por ambas bandas ya que Ayoví se cambiaba constantemente de línea para así poder abrir más la defensa azul. Mientras que la ofensiva torera mantenía en alerta a Dreer y compañía, Ener Valencia fue incapaz de superar al barcelonista Roosevelt Oyola mientras que Figueroa quedo anulado por los 3 centrales amarillos.
No queda duda alguna que el duelo entre los dos jóvenes talentos ecuatorianos fue muy intenso durante todo el tiempo en que rodo el balón. Valencia a punta de fortaleza física quiso ganarle mil veces al pequeñín Oyola, pero se encontró con la sorpresa que lo que le falta en estatura al lateral torero, le sobra en carácter y alma de campeón. Sin dar una sola pelota por perdida, ni el uno ni el otro, fue un deleite para ambas hinchadas ver como el futuro de sus equipos está en buenas manos mientras tengan a estos dos muchachos dejando la vida en el césped con tal de defender a sus clubes.
Otro jugador eléctrico que se vio maniatado fue Figueroa, ya que entre Campos, Perlaza y Erazo, jamás lo dejaron moverse libremente en el área que defendían. La zaga barcelonista hoy se merece los aplausos de toda la hinchada amarilla ya que fueron ellos los que defendieron hasta el último segundo el tanto que los llevo a la victoria. La colaboración infaltable de la línea media de Barcelona, Caicedo, Grueso, Saucedo y Oyola que se sumaban a los tres centrales, formaron una muralla imposible de penetrar para los locales que con el correr de los minutos dejaron de jugar al futbol y empezaron a jugar a lo que salga guiados por la desesperación.
El gol de Narciso Mina llegaría al inicio del segundo tiempo tras un tiro de esquina de Diaz desde la izquierda. Los emelecistas le perdieron la marca al goleador torero, error que lo pagarían perdiendo los tres puntos en su casa, en este el Partido Inmortal. Narciso ve cayendo la pelota y se lanza al piso para con su cabeza mandarla a guardar al palo contrario de donde se encontraba el arquero, a Dreer no le quedo más que ver como el esférico besaba las redes de su portería. Luego del gol torero, el partido fue otro.
Ya con la anotación y con la ventaja en el marcador Barcelona retrocedió muchísimo, saliendo solo a empujones y tras reventar balones a donde caigan con tal de que sea bien lejos del arco defendido por Banguera. Emelec se fue como una tromba al ataque, pero desafortunadamente para ellos, carecieron de ideas, era todo musculo y fortaleza física lo que los empujaba hacia el área torera. No hubo un solo azul que supiera pensar para crear jugadas de gol para ellos.
Ante la desesperación eléctrica Barcelona se amurallo y se dedico a defenderse como pudiera, fueron largos minutos en donde el gol eléctrico parecía caer. La hinchada torera desesperaba al ver como una y otra vez había un tumulto de piernas en el área amarilla hasta que aparecía alguien que mandaba a volar la pelota a campo contrario. Casi al final del compromiso un remate azul pego en el vertical izquierdo de Banguera, el balón se paseo por toda el área sin que nadie alcance a tocarlo.
Este fue un Clásico del Astillero no apto para cardiacos. Fue un gusto ver de nueva cuenta a los del Guayas disputar el balón desde el minuto uno hasta el último como si de ello dependería sus vidas mismas. Lo mejor de todo es que se portaron como profesionales y se dedicaron a presentar un espectáculo lleno de futbol y cero de agresiones. Fue una fiesta vivida intensamente por todo un país y que al final tuvo un ganador que le pinto la cara de amarillo a su rival.
Como dijo el técnico Costas, “los Clásicos no se juegan, se ganan”. Y eso fue precisamente lo que hicieron sus dirigidos. Consiguieron la ventaja y la defendieron con la vida. Al fin hubo quien viera que a la zaga lo que le hacía falta era Perlaza. Al fin se dejo correr libremente por la banda a Oyola. Al fin se dejo de experimentar con el chico Grueso y se lo ubico donde mejor desarrolla su futbol. Al fin se dejo la “Diaz-dependencia”. Al fin a encontrado Barcelona un técnico inteligente y capaz.
Toreros, el partido fue intenso y escoger cual fue el mejor en cancha es prácticamente imposible porque todos se portaron como guerreros. Eso siempre se les agradecerá porque nos devuelven el respeto que alguna vez perdieron los del Astillero. Que vengan mil Clásicos más y que siempre se jueguen así, no solo con futbol y lealtad hacia el rival, sino con orgullo por defender a su camiseta y con garra para sudar hasta sangre si es necesario con tal de alzarse con la victoria.
Hoy millones de ecuatorianos en el mundo entero despertaron llenos de alegría por la victoria del Ídolo del Ecuador. Hoy no hay quien pueda negar cual es el único Clásico ecuatoriano. Hoy no hay quien pueda negar que la hinchada amarilla somos todos menos unos cuantos. Hoy no hay quien pueda negar que Barcelona es puntero y que está para grandes cosas.
¡Vamos Barce, a ganar un par de partidos más y lograras un cupo a la final!
Siguiente batalla: El Nacional
Abrazos desde Pennsylvania,
Alexandra K Ortiz