El "Ole... ole... ole..." se volvió a escuchar después de mucho tiempo en el estadio Monumental, gracias a la goleada (3-0) que Barcelona le aplicó ayer a Liga de Quito, marcador que le permitió escalar a la sexta posición de la tabla y frenó a los albos, que esperaban no perderle la huella al líder Emelec.
Apoyado por cerca de 500 aficionados, el elenco quiteño apostó a un juego conservador, replegando sus líneas a la espera de un error del rival. El empate le era de mucha utilidad.
Barcelona inició el compromiso tratando de imponer un ritmo arrollador, aunque con poca claridad en el último pase. Ariel Nahuelpán, el único hombre en punta, tenía que retroceder varios metros en busca de abastecimiento.
Pedro Pablo Velazco y José Ayoví tuvieron dos opciones para anotar, antes de que los albos fabriquen su única llegada de peligro a la portería de Máximo Banguera, cuando Pablo Vitti estuvo cerca de explotar un error de José Luis Perlaza.
Carlos Gruezo estrelló el esférico en el horizontal, en lo que sería el preámbulo de la goleada que comenzó a consolidarse a raíz de la lesión de Ignacio Canuto.
LOS GOLES. Eduardo Morante remplazó al zaguero argentino y el Ídolo comenzó a aplicar la lógica, recargando su juego sobre la banda del recién ingresado, quien no tenía ritmo de competencia. Fue entonces cuando empezó a verse al mejor Barcelona del 2013.
En su primera aparición Morante reprobó. José Ayoví desbordó por su banda, ganó la raya de fondo y ubicó un centro al que acudió oportuno Damián Díaz, para poner la primera de la tarde. Era el minuto 43, la mejor forma de cerrar el primer tiempo.
En la etapa de complemento Liga de Quito insinuó una leve mejoría, pero el Ídolo detectó las falencias de un rival que ya no mostraba la misma solvencia defensiva y entró a liquidar el asunto.
Ayoví volvió a invadir por el carril izquierdo, dejando atrás la marca de Morante y habilitó a Nahuelpán. El argentino encaró a Alexander Domínguez, quien se impuso en primera instancia, pero dejó un rebote que el mismo Nahuelpán se encargó de regresar al área, para que Díaz amplíe la diferencia en el marcador.
La fiesta de los amarillos era total, mientras que en preferencia los pocos seguidores quiteños intentaban dañar la celebración con algunos brotes de violencia que fueron controlados oportunamente por los miembros de la policía.
Francisco Rojas cayó en el área, reclamando un supuesto penalti de Perlaza. Esa sería la única insinuación de peligro de la visita, que en la siguiente acción vería cómo los amarillos sentenciaban el resultado.
Velazco inició el contragolpe y luego de superar la marca de Gabriel Corozo habilitó a Carlos Gruezo, quien fue detenido dentro de la zona de candela por Enrique Vera. El árbitro Omar Ponce no dudó en sancionar el tiro penalti.
Nahuelpán se paró frente al balón y con una soberbia ejecución puso el 3-0 definitivo. Su celebración fue cauta, apenas abrió los brazos y se quedó en silencio mirando a la general. Fue la mejor forma que encontró para mostrar respeto hacia su exequipo.
Todavía hubo tiempo para más, pero el vertical le negó la conquista al recién ingresado Cristian Penilla y poco después Gruezo se apresuró en rematar, cuando Nahuelpán estaba en mejor posición para definir.
En el tramo final los amarillos parecían estar conformes con el resultado, aunque su rival lucía muy lejos de ser aquel equipo que en la víspera amenazaba con acercarse a la punta. Gustavo Costas ordenó la salida de Díaz, para que el argentino reciba la ovación del público y recupere la confianza que parecía haber perdido.
Fuente: Expreso