El partido con el Manta nos da la posibilidad de hacer un análisis más claro de lo que está haciendo Barcelona, no por el resultado (1-0), más bien por el funcionamiento del equipo, por la intención y el despliegue de sus jugadores.
Es un equipo compacto, con un arquero (Máximo Banguera) con estupendas condiciones y será mejor cuando sea más serio, más sobrio bajo los tres palos; sus capacidades dan para tener un rendimiento mucho mejor de lo bien que lo está haciendo. La zaga tiene limitaciones que se han corregido desde el trabajo táctico (con una defensa zonal), con organización coordinada desde la voz de Iván Hurtado, que aunque ya no tenga las condiciones físicas de antaño, su capacidad de mando y manejo se nota. Ya no vemos los espacios y los horrores tácticos de no hace mucho.
En la mitad del campo Luis Caicedo está siendo básico en los detalles que tiene este deporte: las pelotas paradas. Estadísticamente es el torero que más gana tanto en defensa, donde es indispensable, como en ataque, donde se ha tornado en muy peligroso y en referente de marca para los rivales.
En las jugadas a balón parado se ganan y se pierden muchos partidos en este fútbol moderno. Aunque Caicedo tenga algunas deficiencias en la entrega y circulación del balón, está siendo bien arropado por Matías Oyola, que ya sin la responsabilidad por la que inicialmente fue contratado, “la creación de juego”, se concentra mucho más en la salida del equipo, en su despliegue y recuperación, situaciones en la que por su actitud es irreprochable.
Pensar que en esas posiciones tenemos aún que ver a un Aldo Dusher con su experiencia y jerarquía internacional, y cuando esté en forma será un aporte; y a Denis Quiñónez, uno de los volantes con mayor proyección en el fútbol ecuatoriano.
Oyola como Caicedo y los mencionados tienen la posibilidad de entregar la pelota con mayor claridad a dos jugadores cuya capacidad de retención, de no perder el balón con facilidad es importante: Damián Díaz y Brayan de la Torre. A esto le sumaría la posibilidad de Hólger Matamoros, otro futbolista con buena técnica de recepción y entrega, rápida para solucionar problemas y con la habilidad para proyectarse al ataque con más claridad.
Mención especial para el argentino Díaz, un buen jugador. Es un buen pelotero, con habilidad, inteligencia táctica para dejar y crear espacios. Me ha gustado mucho la valentía que ha tenido para enfrentarse a rivales con las características físicas que sabemos tiene el futbolista ecuatoriano: mucha fuerza, velocidad y dureza en la recuperación. No ha arrugado y siempre ha pedido la pelota; debemos esperar más de él y que siga creciendo.
En ofensiva Barcelona tiene problemas, pero no solo por la definición, que sí es un serio inconveniente, sino porque no son jugadores confiables ninguno de los cuatro que han alternado en el ataque. ¿Qué llamo un futbolista confiable? Aquel delantero al que su equipo le entrega la pelota con la tranquilidad de que no la perderá inmediatamente o va a dar un mal pase, y que con eso provoque que el adversario salga al ataque y el propio deba correr hacia atrás, a los apuros, para recuperar el balón.
Un jugador confiable sostiene el balón en ataque y permite que su defensa se arme, que sus laterales pasen y se proyecten con confianza, que los volantes puedan llegar al apoyo y a segundas jugadas, buscar variantes ofensivas. No es solo el hecho de agarrar la pelota, tirarla para delante e intentar encarar a cuanto contrario le salga por el camino. De Pablo Palacios, Armando Wila, Julio Angulo, Iván Borghello, el que en los últimos dos partidos ha mejorado en esta situación es Palacios, sin llegar a los niveles que lo hemos conocido, pero va creciendo.
Barcelona es un equipo mal diseñado desde el principio, desde su nacimiento para este torneo 2011. Un ejemplo es no tener otro lateral derecho de oficio; la misma situación pasaba con la banda izquierda porque recordemos que el único lateral izquierdo que tenía Rubén Insúa era Giovanny Nazareno. A Christian Cruz no lo conocía, lo puso Aguinaga, y Roosevelt Oyola ha llegado hace poco al club, ambos de buen rendimiento y con futuro.
Hay que confiar que este equipo vaya mejorando, con el buen trabajo que se cumple y siendo sencillo en las declaraciones, no como tras el juego con Liga (Q). “Estamos contentos porque salió lo planificado”, dijo Luis Zubeldía. ¿Quién planifica que en cinco minutos te peguen dos tiros en los palos? ¿Que el rival no esté claro en el empate o que tu arquero será figura con tapadas estupendas? Barcelona tuvo mucha suerte, sí, pero la suerte hay que buscarla con orden, con un desempeño lógico de sus jugadores, buen despliegue físico en la altura. Y Barcelona fue todo eso, hizo las cosas bien y obtuvo un muy buen resultado.
Por: Luigi Pescarolo
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