
El encabezado de la reseña era solo una mínima expresión de la emoción que provocó ese triunfo, el primero de un club tricolor en Argentina: “Pasarán muchos años, llegará el año 2000 y otras generaciones con la llegada del siglo XXI; el hombre llegará no solo a la luna, sino a otros planetas, posiblemente a otro sistema solar, pero los aficionados ecuatorianos y particularmente los guayaquileños, se acordarán siempre de que anoche Barcelona le ganó a Estudiantes de La Plata... Barcelona hizo anoche una hazaña, que luego se convertirá en leyenda...”, continuaba el texto.

Los cronistas gauchos reconocieron el valor de Barcelona: “(los canarios) festejaron la conquista luego de una brega esforzada y realmente meritoria si se cuenta que le ganaron al nada menos que tricampeón de América”, decía la nota del diario El Día, de La Plata.

En La Plata, según El Día, Barcelona había planteado desde el inicio un partido de “igual a igual” contra un equipo reconocido por sus “mañas”.
Desde los minutos iniciales, “Spencer cundió alarma... Más aún cuando le puso la fecunda a Coronel y el centro del 11 (Spencer) no fue gol porque levantó increíblemente”.
“Lo increíble”, así describió el rotativo el gol del cura Basurko. “A los 17 minutos (segunda etapa), Spencer la colocó al padre Basurko, y el reverendo entró con la defensa abierta, batiendo a Flores mientras todos esperaban el orsay (fuera de juego). Hubo pánico entonces, y como la noche del Toluca, firmóse la sentencia para Estudiantes”.

De una de esas cabinas Ecuador Martínez emitió uno de los relatos más emotivos del inolvidable gol de Basurko. Fue desde la cabina de Atalaya, donde el comentarista Arístides Castro (+) grito: “¡Benditos sean los botines del padre Basurko!”. La frase recorrió kilómetros y en Ecuador provocó el delirio de los millones de aficionados, barcelonistas o no, que festejaron en las calles la ‘hazaña’ que sacudió al país.
Tomado de: Diario El universo
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