Hay casos que el público desconoce que el jugador vive, más aun si los vive en silencio. Es lo que sucedió la semana pasada con Iván Borghello, un jugador de perfil bajo, callado, discreto, que el lunes anterior sufrió en carne propia el dolor de ver a su esposa a punto de perder la vida junto a su propia hija, y debió afrontar esa situación con valentía en la clínica Kennedy de Samborondón, sin familia ni amigos que están en Argentina.
Gracias a Dios hasta el jueves la vida de ambas fue salvada por los médicos, pero producto del fuerte stress el día viernes el memo se sintió mal de salud, con fiebre alta y dolor de cabeza. Consientes del mal momento el cuerpo técnico de Barcelona le dio descanso al jugador para que se recupere, pero él se opuso y pidió ser incluido dentro de la nómina de concentrados para enfrentar al Independiente José Terán.
Borghello no solo viajó a Quito, sino que jugó, y no solo jugó, sino que entró extremadamente motivado y apenas a los 2 minutos de pisar la cancha metió un golazo, que aseguró el resultado justo cuando el rival se venía con todo. Dios quiso que el final de semana sea de salud y gloria para Iván Borghello y toda su familia.
Tomado de: Cuenta facebook Un Solo Idolo
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