El Barcelona guayaquileño recibió en el Glorioso del Salado al Independiente José Terán para lo que fuera el partido de revancha de la denominada fecha espejo, compromiso disputado por la fecha 12 del torneo local, el marcador final fue un empate a unos.
Este encuentro fue el primero que dirigió Alex Aguinaga en el Monumental, el público asistió de una buena manera, alrededor de unas 15 mil personas, o tal vez un poco más, se dieron cita para apoyar al Ídolo, lo que en el ámbito nacional es una excelente taquilla, ya que desafortunadamente nuestro futbol no lleva a los estadios a más de 5 mil hinchas y eso dependiendo de quienes se enfrenten.
El partido empezó muy movido, con claro dominio de los toreros. La novedad para todos fue la inclusión de Matamoros, Marangoni y Oyola en la media cancha. Este trío estuvo encargado de generar juego ofensivo y fue la primera vez en lo que va del año que jugaron juntos. El planteamiento fue un claro 4-4-1-1. Aguinaga sigue confiando en que la zaga estaría mejor resguardada con 4 hombres, el detalle está en que estos 4 del fondo, a veces, no dan la talla.
El que nuevamente se hecho el equipo al hombro fue el juvenil Brayan De La Torre. Él e Ibarra dieron candela durante todo el encuentro. No hay duda que este par de jugadores se han acoplado muy bien en tan poco tiempo. Siempre llegaron hasta el fondo realizando una serie de paredes o pases en callejón que los colocaba a uno de ellos o en el área o listos para lanzar el centro a uno de sus compañeros.
Por su parte Marangoni, que nos regalo un golazo de tiro libre, el primero desde que está en el Ecuador, se fue diluyendo de a poco según como transcurrían los minutos. Este estaba encargado de asociarse por derecha con Brayan e Ibarra, siempre buscando habilitar a uno de ellos con la finalidad de ganar metros en ofensiva. También se lo vio muy colaborador en marca y quite del balón, aunque todos sabemos que ese no es su fuerte.
Por la otra banda encontramos a un joven Christian Cruz que se mostro decidido y con mejor aplomo. Él se combina con Matamoros y con Oyola, entre los tres buscan llegar al área rival, lo que consiguieron varias ocasiones e incluso pudieron armar una que otra pared que hubieran podido terminar de mejor forma si es que los del Terán no se hubieran dedicado a parar el encuentro con tanta falta.
Y hablando de faltas, el árbitro Ponce, dejo pegar, de lado y lado, como si los jugadores fueran piñata en fiesta infantil. Fue increíble como el juego se cortaba cada 2 minutos por tanto golpe. Los de la visita se dieron lija golpeando a cuanto barcelonista tocaba la pelota sin importar el lugar de la cancha por la que ésta haya estado circulando. Era un ir y venir de golpes de todo tipo, a vista y paciencia del señor Ponce que muy esporádicamente mostraba una tarjeta amarilla.
Barcelona se puso adelante en el marcador y manejaba el encuentro como mejor podía, tratando siempre de retener el balón y de jugar al pie, con pases cortos y en vertical, esas eran las indicaciones del Güero. Sin embargo, notábamos como el juego brusco se apodero del partido, y vimos como nuestro karateka, José Luis Perlaza, salió en más de una ocasión de su posición para salir a cortar alguna jugada en la media cancha. Pero, Perlaza no es jugador de corte sino de faltas.
Muchos de los hinchas miraban preocupados como la dupla de centrales toreros poco a poco se volvía gelatina. Empezando por las malas entregas en salida del capitán, que provocaron serias dificultades para Banguera y continuando con los machetazos de Perlaza que siempre terminaban en un tiro libre cerca del área barcelonista. Es hasta increíble que los “de experiencia y hasta mundialistas” fueran los que ponían en riesgo la portería defendida por Banguera mientras que los jóvenes Ibarra y Cruz, defendían con aplomo su parte del campo.
Vimos como Perlaza salió a destiempo y levanto el pie como Chuck Norris en una de sus películas, todos los toreros se miraron la cara y comentaban lo errado de la jugada, y encima en una parte del campo totalmente intrascendente y sin riesgo, esta acción fue la primera amarilla para el “avatar”. Recordemos que el partido fue friccionado desde el principio, pero este jugador en particular ya está “fichado” por los árbitros y con justa razón, debemos ser sinceros y aceptar que este es un pica piedra del futbol nacional.
A pesar de que Barcelona lograba manejar el partido, hubo errores gruesos, y entre Oyola y Quiñones no podían contener debidamente la media, así que los centrales se vieron en la obligación de cortar los ataques del rival de alguna manera, lo que usualmente significa faltas y amarillas. Una de esas jugadas fue la que le cambio por completo la cara al partido, ya que el karateka Perlaza vuelve a cometer una de las típicas jugadas de él y ahí si se acordó Ponce de pitar y sancionar, resultado, roja y afuera.
Y me disculpan si hablo en primera persona, pero minutos antes, le mandaba un twit a Carlos Víctor Morales que comentaba el partido por Tropicana, diciéndole que ya Perlaza debe de aprender a jugar sin cometer tantas faltas, que ya es hora de que sepa como cortar decentemente, cuando a los pocos minutos salió expulsado. Imagino como muchos de ustedes maldijeron al mismo demonio porque también sabían que si seguía jugando así, la roja iba a ser inevitable.
En fin, tras la expulsión de Perlaza, sale Marangoni, que realmente ya no era mucho aporte y entra “sombrita” Hurtado (de Guatemala a Guatepeor). Jefferson Hurtado no tenía mucho tiempo en el campo de juego cuando se viene un corner directo al área, el defensor amarillo perdió de vista el balón por completo, tanto así que el jugador que era su responsabilidad marcar, se elevo totalmente solo, conecta y gol del Terán. A todo esto, “sombrita” ni siquiera vio la pelota, ni al jugador, pero sí vio el gol.
El partido de por sí ya estaba complicado, con 10 hombres y empatados y para colmo de males los golpes seguían a la orden del día, en una falta que dejo a un torero tendido en el piso, Aguinaga no aguanto más y reclamo fuertemente lo que ocasiono que el cuarto árbitro llame al central y pa’fuera el Güero también. Se venía la noche una vez más, y en nuestro estadio, ante un rival de poca monta, película repetida, que ya no quiere ver la afición pero que se ve obligada a verla una y otra vez.
Con la salida de Alex, con la necesidad de los 3 puntos, vimos a un Barcelona que perdió el manejo del partido, perdió los libretos, perdió concentración y por poquito y pierde el partido también. Mientras Aguinaga veía el partido desde la suite presidencial, sus dirigidos desesperados volvieron a recurrir al pelotazo, volvimos ver a Oyola correr desesperado por todos lados y hasta marcar a LLaniero que le lleva como 20 centímetros más de altura.
La desesperación de los experimentados llevaron a los 3 juveniles, comandados por Brayan De La Torre, a echarse el equipo al hombro. Los minutos transcurrían y el gol de la victoria no llegaba. Pero lo que no hizo falta en esos minutos de apremio fue la entrega que se vio en el equipo, todos tenían un mismo objetivo, con golpes, con faltas sin pitar, con la gente tirando cosas a la cancha (¿HASTA CUANDO SEÑORES TANTO BARBARISMO? GRACIAS A USTEDES EL ESTADIO SEGURO SERA SUSPENDIDO), contra toda adversidad, ellos seguían buscando el triunfo. Pero nunca llego.
Toreros, al final perdimos 2 puntos importantes en casa, que los necesitábamos justo ahora que los de arriba empataron, pero no se pudo. Tal vez el marcador no nos ayudo, pero el ver como uno de “nuestros pelados” hasta se hizo la señal de la cruz, al cobrar un corner en la última jugada del partido, dejo una sensación de tranquilidad, porque solo esa acción nos demuestra lo que hemos estado pidiendo por años, AMOR A LA CAMISETA.
Sin sueldazos, sin carros del año, sin ser mundialistas, son los chicos los que le están enseñando a los demás que en Barcelona no se está por cobrar un montón de billetes verdes cada quince y ultimo, sino que se está ahí para hacer historia, para defender una histórica casaca, para regalarle alegrías a la afición más grande del país, para llevar a su equipo a las glorias que a lo mejor ellos vivieron de muy pequeños. Eso es lo que se vivió en el Monumental y con esto, el resultado no fue tan amargo, ya que ellos nos regalaron esperanza.
Una vez más no queda sino seguir al lado del viejo Barce, que con esta sangre nueva y de la mano del Güero esperemos poco a poco seguir subiendo la escalera a la gloria, hoy al menos sabemos que con un poco más de trabajo se tiene la capacidad de seguir subiendo.
Barce, así te tome mil años llegar, no llegaras solo porque tu hinchada siempre te acompañara, para eso estamos los hinchas, para levantarte cuando caes y para agradecerte la alegría de tus victorias…. Porque un solo Ídolo tiene el Ecuador, y no viste ni de blanco, ni de azul, ni de rojo, sino de AMARILLO COMO EL SOL.
Un abrazo desde Pennsylvania,
Alexandra K Ortiz
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