viernes, enero 14, 2011

MI PRIMER GRITO DE GOL EN EL MONUMENTAL


Eran mediados de 1991, yo, de 15 años era un muchacho que seguía a Barcelona desde que tenía 8 pues mi primo y mi tío me explicaron muy bien sobre la importancia de jugadores ya en ese entonces convertidos en mitos vivientes, y, a mis 15 años de edad ya conocía sobre la chilena de Ephanor, el gol de Bazurco, la cabeza mágica de Spencer, los goles del chanfle Muñoz, las inolvidables gambetas de “pajarito” Cantos, la “cortina de hierro” y conocía además hasta el nombre del utilero de Barcelona, mi cuarto estaba empapelado con posters de Insúa, Gavica, Morales, Izquierdo, Montanero, etc., tenía mi camiseta del año y seguía religiosamente todos los partidos que jugaba Barcelona aunque jamás había ido hasta esa edad al estadio. Al Monumental sólo lo conocía por fotos, en las imágenes de las transmisiones televisivas pues lastimosamente mi amado equipo jugaba de local a 190Km de la ciudad de donde soy oriundo. Yo, hijo de padres con poco interés en el fútbol vivía en mi isla amarilla sin nadie más con quien conversar al respecto excepto mi tío, mi primo y mis amigos.

Un buen día miércoles, lo recuerdo tan bien, le tocaba jugar a Barcelona un partido diferido contra el equipo sensación de ese año, el Valdéz, el equipo milagreño causaba sensación ganando partidos adentro y afuera de su reducto el “chirijos” de Milagro; mi primo y mi tío habían decidido ir a Guayaquil al estadio y me habían invitado, en primera instancia mi padre me lo había negado tajantemente pues yo tenía que ir al colegio, finalmente la insistencia de mi tío hizo que mi padre ceda y me permita viajar a ver a Barcelona, se dio cuenta de lo que eso significaría para mí, yo no podía creerlo, finalmente iba a conocer el Monumental y vería jugar al equipo que se había convertido desde hace algunos años atrás en el centro de mi atención, Barcelona.

Viajamos a Guayaquil en el “lujoso y moderno” Chevrolet Trooper de mi primo quien hacía alharaca de las bondades de su carro y del aire acondicionado, una novedad que muy pocos carros tenían en ese entonces, llegamos a Guayaquil cerca de las 11 de la mañana y tratando de llegar al estadio nos perdimos tres veces, primero fuimos a parar al centro, luego fuimos a parar a la alborada, después cuando pensábamos que estábamos por buen camino nos fuimos de largo por la calle 17 y nos dimos cuenta que íbamos a necesitar un poco de ayuda cuando aparecimos extrañamente luego de algunas vueltas en “Yeyo” Uraga, cambiamos la estrategia y le  pagamos a un taxi para que nos guíe y este nos llevó hasta la avenida Barcelona, llegamos a la base militar que está cerca del estadio y parqueamos el carro ahí, mi tío era en ese entonces capitán del ejército, salimos caminando de la base y luego de un minuto comencé a ver al coloso del salado, mis pupilas se dilataron, era la edificación más grande que había visto, el color, lo amplio de los parqueos que hacían que el estadio se vea mucho más grande aún, la gente haciendo cola en las boleterías, todos vestidos de amarillo; nos confundimos en esa marea de gente y compramos nuestras entradas a tribuna, el partido había sido pactado para las 16H00, eran ya las 13H00, luego de un eterno caminar en la cola para entrar al estadio lo logramos, entramos, todo mundo luego de pasar el torniquete corría para asegurar un buen puesto, nosotros hicimos lo propio, logramos un buen asiento en la tercera fila hacia el lado norte de la tribuna, más o menos a la altura del Palco4 (curiosamente frente el sitio al que asisto religiosamente en la actualidad), eran las 13H30, nos habíamos sentado y sentía que faltaba una eternidad para que empiece el partido, entre conversaciones, chistes y los “piqueos” del estadio pasaron las horas, para las 3 de la tarde no había dónde poner un pie, lleno total, a mitad de semana.

Faltando 10 minutos para las 4 de la tarde habló la voz del estadio, en ese entonces no habían barras pero cuando la voz del estadio dio la bienvenida a la gente escuché el inconfundible sonido de la campana del extinto Julio Espinoza, estaba ahí, a 30 metros de mí, un hincha tan famoso como él (que en paz descanse), comenzaron con las alineaciones de Valdéz, recuerdo vagamente a Hermeluiso, Gilson, “tanque” Hurtado, Batioja, Carlos y Hamilton Cuvi, Djalmar Zambrano, Alex Cevallos, etc., luego, la fiesta empezó cuando se anunciaba la alineación de Barcelona, cada nombre de un jugador era recibido con una gran ovación, Morales, Izquierdo, Uquillas, Muñoz, Montanero, Alcívar, Gavica, Marcelo “el colores” Hurtado, Insúa, Noriega, Bernuncio, entonces saltaron a la cancha los jugadores de Barcelona y una lluvia de papel picado color amarillo caía de la parte alta de la única visera que en ese entonces tenía el estadio, la gente gritaba y cantaba en éxtasis coreando el ya famoso “un solo ídolo tiene el Ecuador…”, yo con un nudo en la garganta estaba paralizado sin poder creer lo que estaba viviendo.

Empezó el partido, no recuerdo bien si el árbitro era el extinto Elías Jácome aunque estoy casi seguro, emociones iban y venían, Valdéz no dejaba entrar a Barcelona, “la amenaza verde” se había caracterizado por ser muy ordenado y contundente, era un verdadero partido de “campanillas”; Barcelona intentaba sortear la aguerrida defensa milagreña pero no podía, los zagueros verdes no cedían tiros libres cerca del área, José Gavica era marcado en media cancha y no le permitían avanzar, a los 20 minutos del primer tiempo tras un descuido en el medio campo, Hermeluiso le ganó un balón a Bernuncio, pasó rápido para Gilson y éste cedió para el “tanque” Hurtado quien definió bien ante la salida de Morales ¡qué pesadilla!, los visitantes festejaban el primer tanto ante el silencio atónito de todo el estadio, el resto del primer tiempo fue muy parejo pero terminó con la victoria parcial del visitante.

Para el segundo tiempo Barcelona entró con todo, arrinconó al rival, centro tras centro eran rechazados los cabezazos de Uquillas, Muñoz, los remates de Gavica, la defensa rival era una muralla hasta que a la media hora de juego del segundo tiempo, la defensa rival derribó al habilidoso Carlitos Muñoz, el árbitro decretó tiro libre directo, frente al balón se pararon Bernuncio y Muñoz, el ejecutor no podía ser nadie más que “el poeta” Rubén Darío Insúa, el árbitro pitó, Insúa empezó su típica corrida hacia el balón, se abrieron  Bernuncio y Muñoz, Insúa le pegó al balón de esa manera magistral que tenía, la pelota sobró a la barrera rival y tras una increíble “comba” se metió en la esquina superior derecha del arco norte que custodiaba Alex Cevallos quien impotente y de rodillas vio entrar la pelota a besar las redes ¡un Golazo!, la gritería en el estadio era ensordecedora, entre abrazos y gritos de gol la gente festejaba y lo mejor de todo, Insúa corrió a festejar su gol justo frente al sitio de tribuna donde estábamos nosotros, estaban ahí, a unos cuantos metros, todos los héroes de mis posters juntos regalándome esa inmensa alegría.

El partido siguió el mismo trámite, no pudimos convertir otro gol, empatamos a 1, al final los jugadores se fueron aplaudidos a los camerinos mientras la gente cantaba “olé olé olé olé campeón campéon…”, fue una excelente tarde de fútbol, el espectáculo que nos regalaron ambos equipos fue ese fútbol generoso y bien jugado que poco se ve ahora, pero lo que siempre va quedar grabado en mi memoria es mi primer grito de gol en el Monumental.

¡Gracias Insúa!

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Excelente artículo... Estoy seguro que si nos sentaramos cada uno 1 hora a escribir nuestras anécdotas relacionadas con el Barce tendríamos entretenimiento para largo.. A vuelo de pájaro recuerdo de pelado haber visto a mi papá cuando gamavisión transmitía los partidos de libertadores, el viajó a ver al ídolo a Perú en un partido contra universitario de deportes, como olvidar la odisea q pasé con mi viejo para poder presenciar la final del 98, y así varias cosas q pase lo q pase más q depreciarse, van ganando plusvalía al observar la inexplicable grandeza que tiene Barcelona.. Solo puedo decirle a Dios, que no tengo manera de agradecerle por mandarme al mundo con esta enfermedad incurable llamada barcelonismo, que paradójicamente antes de hacermme daño, se ha convertido en uno de los motores que le dan sentido a mi existencia.. "Cuando yo me muera, quiero mi cajón pintado de amarillo como mi corazón" Salve salve Barcelona, ÍDOLO DEL ECUADor!! Nuestro reencuentro esta cada vez más cerca...

Anónimo dijo...

Muy bueno los felicito, me podrían indicar si hay alguna forma de ser socio de Barcelona viviendo en otra provincia, no podría ir a todos los partidos pero quisiera aportar con el equipo de mis amores haciendole socio a mi hijo menor de 12 años que es otro Barcelonista a muerte...
Saludos y sigan así, engrandeciendo a nuestro equipo.

Don Fiebre dijo...

Actualmente nuestro equipo no tiene oficinas de captación de socios fuera de Guayaquil, muchísima gente de otras provincias ha manifestado el interés de hacerse socia pero vive en otros sitios y ese es el impedimento, tengo entendido que pronto Barcelona va a sacar un plan de captación de socios fuera de Guayaquil e internacionalmente, esperemos pues que sea cierto pues como muchos planes de esta directiva han quedado en el limbo.

Por el momento puedes hacerte socio algún momento que vayas al estadio, sólo necesitas el dinero y tu cédula, los niños menores de 12 años pagan un precio módico cada 6 meses, si estas interesado en ver todos los planes de socio 100% puedes ingresar al link:

http://www.barcelonasc.com.ec/index.php?option=com_content&view=article&id=70&Itemid=102

Espero haber contestado tus inquietudes, saludos!