Era el partido, el que había que ganar, para Emelec única alternativa, para Barcelona la posibilidad de afianzar algo, hasta el empate servía.
Siempre un gol al inicio será doblemente favorable, primero por la ventaja, pero fundamentalmente porque las estrategias pactadas cambian. Barcelona respiró, y Emelec sintió el golpe pero lo asimiló bien y jugó un buen primer tiempo. Manejó la tenencia del balón, trianguló, generó acciones de gol y estuvo muy cerca del empate cuando Banguera puso de manifiesto su categoría, y le tapó a Guanca lo que era el 1 a 1.
Analizando con objetividad el 1 a 0 no reflejaba lo que pasó en la cancha.
Quedaban cuarenta y cinco minutos y en ellos Barcelona aprovechó los errores de su rival y acomodó el partido a sus necesidades. Es fácil emitir opiniones con el diario debajo del brazo. Los técnicos planifican, hacen los cambios siempre pensando en que todo deba salir bien. Para mí Arias se equivoca con la entrada de Stracqualursi porque desbarata el medio campo que en definitiva es el punto neurálgico de un equipo. No se puede ser eficiente en la ofensiva, si no hay un medio campo solvente. Y en el primer tiempo Emelec fue solvente, para que darle ingreso a un jugador en condiciones, pero que no está en su mejor momento, que además obstaculizó el trabajo de Angulo, que dicho sea de paso en la segunda mitad ni la tocó. Ya Emelec había sufrido las bajas de Guagua y Bagüí y aquí otra reflexión, José Luis Quiñonez estaba en condiciones de reaparecer en un partido tan importante, cuando tuvo un año absolutamente negativo. En fin todo esto que puede resultar convincente, se va al demonio si 'Stracca' hace dos goles y Emelec gana, entonces diríamos: qué acertado estuvo el estratega.
En realidad Barcelona con poco, eso sí con mucha astucia y favorecido por la salida de Gaibor, encontró la ansiada victoria. Y digo favorecido por la salida de Gaibor, porque en el segundo tiempo, ya Díaz trabajo con espacios y además Almada inteligentemente le pone un socio de buen pie, el chico Vera.
Observemos que Emelec en el segundo tiempo, con dos centro delanteros, prácticamente no generó acciones de gol. Su fútbol se desdibujó y Barcelona congeló el partido, lo paralizó cuantas veces quiso, lo manejó a su antojo; incluso estuvo más cerca el segundo gol que el empate de Emelec.
Hay algo en mi criterio que se debe puntualizar, no vi a los jugadores de Emelec encarar el partido con la rigurosidad que el mismo exigía y es algo que lo he venido percibiendo durante este proceso de Arias. Tengo la absoluta certeza de que Alfredo es un técnico capacitado, estudioso, trabajador obsesivo y eso muchas veces al jugador lo incómoda, hay jugadores que han bajado sus revoluciones y eso lo está pagando el equipo eléctrico.
En la otra orilla, Almada con mucho más tiempo, ha logrado que sus jugadores interpreten a la perfección su idea futbolística. Jugadores que antes eran estáticos, que únicamente estaban aptos para recibir y encarar, hoy son solidarios, pierden el balón e inmediatamente trabajan para recuperarlo. Díaz, Esterilla y Marcos Caicedo entendieron que el fútbol hoy día exige trabajar activamente cuando el rival tiene la pelota. Esos argumentos han sido fundamentales para que este Barcelona se perfile como seguro campeón. Quedan muchos puntos en disputa en fútbol, todo puede pasar, pero para mí los dados están echados, el 2016 será amarillo y negro.
Por: Rodolfo Piñeyro