Para Barcelona fue una oportunidad perdida de asegurar su presencia en la próxima Copa Libertadores de América. Si bien un empate como visitante no deja de ser un resultado positivo, por las condiciones que se dieron antes y durante el compromiso, el que los toreros hayan igualado ante Deportivo Cuenca, en el estadio Alejandro Serrano Aguilar, les deja un sabor agridulce a los seguidores del cuadro guayaquileño.
El Ídolo del Astillero se mantiene en zona de clasificación a la Copa Sudamericana; pero de haber ganado, sus opciones de ingresar a la Copa Libertadores sin depender de otros resultados habrían aumentado considerablemente.
En el primer tiempo, el cuadro visitante mostró cierta ambición por llegar al arco rival, en especial ante la falta de argumentos del Cuenca, que poco hacía por llegar sobre los predios de Máximo Banguera. Más bien fueron los toreros quienes, pasada la media hora del partido, ingresaron con riesgo sobre los predios de Marcelo Ojeda, quien debió exigirse al máximo para evitar la caída de su portería.
Una de las acciones más vistosas se dio al minuto 34, cuando Cristian Penilla se proyectó por derecha y sacó un pase retrasado al que llegó Matías Oyola para rematar con golpe de taco, que salió apenas desviado. Poco después sería el argentino Andrés Franzoia quien puso en apuros al arquero cuencano con un golpe de cabeza que fue mandado al córner por el arquero local.
En la fase de complemento el trámite del partido no varió y más bien decayó. Los canarios no arriesgaron y se limitaron a esperar el error del rival.
En esta etapa, Máximo Banguera se lesionó, siendo sustituido por Damián Lanza.
Así, sin mayor brillo, terminó el partido con el marcador en blanco, con poca celebración en ambos bandos, porque mientras los toreros desaprovecharon su chance de mejorar, los azuayos quedaron en la peligrosa zona del descenso.
Fuente: Expreso